ALICANTE. La Generalitat se está empleando a fondo para contener los cuatro focos de Xylella Fastidiosa (la bacteria que ha arrasado 250.000 hectáreas de olivos en Italia) declarados hasta la fecha en la provincia de Alicante. El estricto control que se impone sobre las poblaciones infectadas, arrancando los árboles donde se detecta, ha motivado duras críticas de los agricultores afectados (y de algún alcalde), que piden explorar otro tipo de actuaciones. Y sin embargo, en base a la normativa europea no hay más remedio que arrancar el árbol cuando se confirma el positivo (hasta la fecha, ha sido siempre en almendros), motivo por el cual el Consell ya tiene ultimada una orden, que se publicará la semana que viene, en la que se establecen las indemnizaciones a percibir por los afectados.
Así lo anunció este viernes en Alicante el secretario autonómico de Agricultura, Francisco Rodríguez Mulero, quien mantuvo un encuentro con los medios acompañado de su director general, Rogelio Llanes, para hacer balance de la lucha contra esta bacteria que se detectó en Europa por primera vez en Italia. De la península apenina la Xylella saltó al sur de Francia, de ahí a la isla de Córcega, luego a las Islas Baleares, y en julio se produjo el primer positivo en Alicante. Desde entonces hasta esta misma semana, la Generalitat ha declarado cuatro focos de Xylella Fastidiosa, de la subespecie Múltiplex, que por ahora solo ha hospedado en almendros de las comarcas de las Marinas (aunque puede afectar a más de 300 especies arbóreas).
En total, según los datos ofrecidos por Rodríguez Mulero, se han obtenido 106 análisis positivos sobre más de 2.000 muestras analizadas en la provincia, lo que significa un 5% de lo analizado. En global, se han arrancado algo menos de 600 árboles, que según el director general de Agricultura suponen la "destrucción" de 8 hectáreas, aunque la superficie afectada (dado que en las mismas parcelas pueden convivir otras especies no afectadas) llega a 19 hectáreas. Un dato "insignificante", a juicio del secretario autonómico, si se compara con las 250.000 de Italia. Aún así, es una infección que "preocupa mucho", porque se trata de evitar un contagio en el conjunto del Estado, como sucedió en el país transalpino. "Si no nos lo tomamos en serio, pueden verse afectadas miles de hectáreas en todo el Estado, por eso colaboramos con el Ministerio y con las comunidades autónomas limítrofes", señaló Mulero. De momento, la Xylella no ha salido de Alicante.
El dirigente de la Conselleria de Agricultura asume que los agricultores que ven cómo arrancan sus árboles intenten evitarlo ("a mi no me haría gracia"), y por eso se han presentado 13 recursos administrativos ante la misma Conselleria y cuatro contenciosos en los tribunales, que se siguen instruyendo. En ningún caso los jueces han concedido las medidas cautelares solicitadas por los agricultores y ayuntamientos que han iniciado acciones legales, y que consistían en no arrancar el árbol. "Cuando un árbol se infecta, tiene que terminar muriendo", lamentó Rodríguez Mulero. "Se trata de salvar a los que tiene alrededor, y para eso hay que arrancarlo cuanto antes".
Así las cosas, y a la espera de lo que digan los jueces, el Consell ya tiene ultimada la orden que establece las indemnizaciones a percibir por los afectados. Dicha orden, que se publicará la próxima semana y que ya ha sido presentada a las asociaciones agrarias de toda la Comunitat, se basa en el estudio que el pasado julio la Generalitat solicitó a dos expertos de la Cátedra Agraria de la Universitat Politècnica de València (UPV), y que finalmente han decidido baremar por 'daño', según el dirigente del Consell, y no por superficie u otros criterios. El baremo, remitido por la Conselleria al Ministerio de Agricultura, ha sido hecho suyo por el Gobierno, lo que significa que si en el futuro la Xylella saltase a otra comunidad, ésta aplicaría las indemnizaciones establecidas por la Generalitat.
De momento, el Consell ha presupuestado unos 2,5 millones de euros para estas indemnizaciones, según explicó Rodríguez Mulero. No obstante, hasta que no se tramiten y se resuelvan todas las solicitudes no se podrá calcular exactamente el coste de los cuatro focos de Xylella detectados hasta ahora. El secretario autonómico de Agricultura señaló que, "si nos quedamos como ahora, es posible que no tengamos que pagar más de 500.000 euros". Luego, la Unión Europea se hace cargo de la mitad del coste, y el Estado reembolsa a la Comunitat la mitad del resto. Es decir, el Gobierno autonómico pagará un 25% del coste de las indemnizaciones.
El plan de contingencia frente a la Xylella de la Generalitat Valenciana contempla, primero, destruir los 'hospedantes' (almendros potencialmente infectados) en un radio de 100 metros desde el positivo, y establecer otro radio de 10 kilómetros dentro del cual se inmoviliza la masa vegetal. Es decir, no se puedn sacar plantas incluidas en ese radio, para evitar que la bacteria 'viaje' a otras zonas. Mulero destacó que este plan, que es el que se aplica en la Comunitat, es el mismo previsto para el resto de España y el que impone la Comisión Europea.
El secretario autonómico descarta, en cambio, otras "soluciones" como las que se aplican en California, donde se combate la Xylella atacando a los vectores (los insectos que la transmiten). "Allí tienen la bacteria desde hace tiempo, y varias subespecies además. Lo que aplican es un tratamiento masivo contra los vectores, o lo que es lo mismo, fumigar con insecticida amplias extensiones de terreno". ¿Por qué aquí no se prueba lo mismo? "La provincia de Alicante no permite aplicar el mismo sistema, aquí no podemos fumigar como en California porque las parcelas son mucho más pequeñas y con población diseminada entre ellas", razona. "Además, el modelo europeo es el de la lucha biológica, el de eliminar la infección sin químicos".