ELCHE. Son días de constante debate sobre la peatonalización del casco histórico en la ciudad. Tanto en las redes sociales por las opiniones que suscita la actuación de la Corredora y la Plaça de Baix, como a nivel político. En el pleno del lunes, esta intervención junto a la de Nuestra Señora de la Cabeza caldeó el ambiente por las quejas del Partido Popular, que acusó al equipo de gobierno de vivir en una realidad paralela y de no preocuparse de las preocupaciones reales de los ilicitanos, "como la falta de aparcamiento". Precisamente Pablo Ruz puso encima de la mesa la idea del Ejecutivo de transformar en aparcamiento de pago Candalix, cosa que confirmaba el alcalde Carlos González el martes. Algo que ya se conocía, sin embargo, no en los términos desvelados el martes. La novedad es que se hará a corto plazo.
Lo que ya se sabía sobre el aparcamiento en Candalix era una actuación como mínimo a medio plazo en el subsuelo. Estaba incardinada en un plan de aparcamientos anunciado en enero de este año para generar 1.500 plazas nuevas en diversas partes de la ciudad, primero en el subsuelo de Candalix y Josep María Buck, y después en el del aparcamiento del Hort del Monjo en Filet de Fora y en la zona de Casablanca. Todo para sacar los coches del casco histórico y que queden en sus zonas colindantes, como establece el PMUS, que plantea eliminar 510 plazas a medio plazo en el Centro y El Pla.
Sin embargo, lo que ahora ha trascendido es que se pretende a corto plazo transformar el aparcamiento actual de Candalix, de unas 300 plazas, en aparcamiento de pago, que estaría gestionado por el sistema de la ORA de Pimesa. El regidor trasladó esta propuesta en verano al medio municipal para encargar un estudio de viabilidad, que se trata únicamente de que Pimesa establezca cuántas plazas pueden salir de este aparcamiento, a día de hoy gratuito.
Así que hasta que se impulse una concesión para el aparcamiento, que será cuestión de años por las obras y su previa licitación si finalmente se hace, todo apunta a estas plazas de pago en el aparcamiento de Candalix. Aunque ese "corto plazo" está sin concretar, no llevaría más que unas semanas, tan solo hay que instalar el sistema y adecuar las plazas normales y las habilitadas para motocicletas y personas de movilidad reducida. En cualquier caso, habría que esperar a que finalizase la remodelación de Nuestra Señora de la Cabeza.
Precisamente la intención del bipartito es la de intentar corregir la pérdida de estos aparcamientos por esta actuación, que son unos 60 como contó este diario —sobre 100 en total con el Plan Centro—. Aunque en el cómputo global, si salen aproximadamente otras 300 de un hipotético aparcamiento de la ORA en Candalix, la realidad es que serán menos las plazas físicas resultantes en comparación con las actuales. Porque la perspectiva que defiende el alcalde es que al no haber ahora regulación, hay vehículos que están un tiempo indefinido estacionados.
"Introducir la ORA significa multiplicar de forma considerable la capacidad de aparcamiento que tiene el espacio, como ocurre en las calles comerciales en las que Pimesa tiene estos parquímetros", esgrime el alcalde. Opina que los servicios y el comercio de la zona centro y Candalix se beneficiarán al tener más clientes 'en rotación' constante. "No pretendemos recaudar, sino favorecer que el espacio público de aparcamiento disponible se reparta y posibilite el desarrollo de la actividad comercial", zanja González.
