ALICANTE. La irrupción del coronavirus y el cierre total de actividad tras el confinamiento decretado para frenar la pandemia ha impactado de forma notable en la economía de la provincia, que se enfrenta a una crisis donde por el momento todo son incertidumbres. Pero lo cierto es que, antes de que la covid-19 paralizase por completo la actividad, la economía alicantina ya ofrecía síntomas más que evidentes de ralentización. Esta es la conclusión principal del informe de coyuntura sobre el primer trimestre de 2020 elaborado por el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), que advierte de que el coronavirus ha devuelto a Alicante a 2017.
En este sentido, aunque el sector que más está sufriendo es el turismo (el 14% del PIB), que por ahora cuenta con el salvavidas de los ERTE, también la industria está acusando los efectos de la pandemia, según el informe. "Ahora ya comienzan a verse más claro las enormes consecuencias que tanto en lo económico como en lo social va a tener [el virus], dejando totalmente obsoletas las primeras predicciones" que apuntaban a una salida rápida en forma de 'V'. "Lo cierto es que el parón ha dejado a muchas unidades productivas sin capacidad de reacción y han tenido que abandonar el mercado; otras todavía están buscando su hueco en el nuevo entorno y mientras tanto hay que seguir produciendo los bienes y servicios esenciales. La secuela de todo ello es un lado derecho de la 'V' desdibujado y con trazo variable".
Así, en cuanto al tejido productivo, el informe refleja que la provincia comenzó el año, ya antes del coronavirus, con variaciones negativas cada vez mayores en cuanto a la creación de empresas. En los tres primeros meses la creación de empresas cayó un 9,5%, 12% y 26,5% respectivamente. El resultado es una reducción trimestral de 214 sociedades respecto a 2019, un descenso del 15,7%. Por contra, no se cerraron tantas empresas como cabía esperar y de hecho el primer trimestre acabó con 292 disoluciones, 18 menos que hace un año. El saldo neto de sociedades en Alicante (constitución menos disolución) queda en 860 empresas, un 18,6% menos que en 2019.
En cuanto al comercio exterior, el informe refleja un significativo incremento de las exportaciones en enero y febrero, con ascensos del 5,8% y 9,6%. Esta racha positiva que acumulaba 8 meses en positivio se trunca en marzo por la paralización generalizada de la economía, con una caída del 7,6%. El saldo del trimestre es, no obstante, positivo con un ascenso anual del 2,4% y casi 33 millones de incremento. Los cinco destinos con mayor valor de exportacion son Francia, Alemania, Italia, Portugal y Estados Unidos. Y los cinco principales productos: calzado, frutas, hortalizas, plástico y aluminio. Las importaciones siguieron un patrón similar, con un incremento trimestral de apenas el 0,3% por la caída en marzo. La tasa de cobertura al cierre del trimestre es positiva con un 12,5% de incremento anual.
Otro de los sectores clave de la provincia, la venta de vivienda a extranjeros, también muestra un comportamiento negativo en el primer trimestre, pero menos. Las operaciones de compraventa de extranjeros realizadas en la provincia asciende a 601,2 millones de euros. En términos anuales, se registra una disminución del 6,3%, unos 40 millones menos que hace un año. La provincia encabeza el ranking nacional por delante de Málaga, que mueve un total de 545,4 millones de euros, y Barcelona, tercera con 386,1 millones.
La crisis económica derivada de la pandemia sanitaria es todavía incipiente y "hasta dentro de unos meses no podremos conocer su verdadero alcance". Al respecto, el presidente de Ineca, Rafael Ballester, explica que "tendremos que trazar nuevas hojas de ruta para solventar esta situación y reescribir nuestro futuro". Según Ballester, el cuarto trimestre del año pasado se cerró con un descenso en el ritmo de crecimiento y el primer trimestre se cerró con unos datos globales que nos acercan a los que se presentaban en 2017. "El final de este año y el principio de 2021 serán la gran prueba para la economía de la provincia. Es el momento de aprovechar el parón generalizado en toda la economía para replantearse nuevos proyectos de forma inteligente y coordinada entre el sector público y el privado".