ALICANTE. Todo son buenas palabras hacia la contraparte y predisposición a llegar a un acuerdo antes de la celebración de la vista, pero eso ya era así el pasado otoño y no evitó que el Hércules y el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) se terminaran viendo las caras en el juzgado.
El 16 de junio se acerca. Como adelantó Alicante Plaza, ese día el club y el banco del Consell están citados por el magistrado titular del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante para reanudar el juicio sobre la demanda de resolución del contrato de arrendamiento del estadio Rico Pérez interpuesta por el administrador concursal de Aligestión Integral, la anterior propietaria, a instancia del IVF. El mismo fue suspendido en noviembre, a los 50 minutos de haberse iniciado, al entender el magistrado que correspondía llevar a cabo un peritaje que permitiera cuantificar una hipotética indemnización para el club para el caso de que estimara la demanda y resolviera también que le correspondía ser compensado económicamente.
El informe pericial está en manos del magistrado desde febrero, algo que le llevó a señalar la nueva fecha y emplazar a las partes. Desde entonces, tanto el Hércules como el IVF mantienen contactos buscando la retirada de la demanda y cerrar un nuevo convenio de uso de la instalación que pueda seguir siendo aplicable cuando la Generalitat obtenga la cesión onerosa de la misma, tal y como han anunciado las partes con el objetivo de reconvertir el Rico Pérez en un 'Arena'. Sin embargo, esos contactos no terminan de fructificar.
Precisamente en línea con lo anterior, con esa cesión onerosa, también está listo el otro informe técnico encargado en los últimos meses en relación con el Hércules y más concretamente el Rico Pérez: la 'due diligence' encargada por el IVF a la firma SGS Tecnos para conocer el grado de cumplimiento por parte de la citada instalación de los requisitos legales y normativos aplicables y sus posibilidades de reconversión en un 'Arena' o espacio multiusos. Según ha podido saber Alicante Plaza, el estado actual del Rico Pérez no es peor que el que, por ejemplo, tenía el estadi Ciutat de València antes de la profunda reforma a la que se ha sometido en los últimos años.
El Rico Pérez fue tasado en octubre en 11,3 millones de euros (en 2,2 millones menos que en 2017, cuando fue valorado con carácter previo a su subasta judicial de Aligestión Integral, en el marco del proceso de liquidación de esta). Esa tasación y la 'due diligence' son los dos instrumentos que han de servir al IVF para ponerle al Rico Pérez un precio de 'venta' (realmente será una cesión onerosa), antes de que la Generalitat se haga con él y pueda desarrollar el proyecto 'Alicante Arena', reconvertirlo en un espacio que acoja también eventos socioculturales, no solo acontecimientos deportivos.
En el momento que la cesión se formalice, el banco del Consell habrá completado un proceso desinversión en el Hércules que arrancó nada más ser declarado adjudicatario de la subasta de bienes y derechos de Aligestión: además de con el estadio, el IVF se hizo en ella con un paquete que representaba entonces el 15,07% del capital social del Hércules y que le terminó vendiendo (mediante una adjudicación directa) junto al derecho de crédito de 15,4 millones de euros que mantenía contra la Fundación del Hércules (como consecuencia de la ejecución en 2011 del aval público de 18 millones de euros por parte del Banco Sabadell) aZassh Tecnológica por 508.150 euros. Para esta mercantil de la familia de Enrique Ortiz yde Juan Carlos Ramírez el citado derecho de crédito era (y es) importante porque en virtud de su impago está embargado el paquete de acciones del Hércules titularidad de la Fundación y que representa la mayoría accionarial (un 53%), es decir, si se ejecuta el embargo, Zassh se hace con el control accionarial del club.
Pero la negociación no solo gira alrededor del uso y disfrute de la instalación, de si se paga o no un canon y de quién corre con los gastos de mantenimiento, también lo hace sobre otros aspectos económicos, ligados a los ingresos por la explotación de la misma: el IVF quiere reservarse el resto de fuentes de ingresos distintas del alquiler, mientras que el Hércules, quien no comparte el tener que pagar un canon de uso (algo que no ocurre en muchas ciudades con sus clubes representativos en estadios de titularidad pública, que además tampoco corren con los gastos de luz y agua, como es el caso del Real Murcia y el Enrique Roca) o hacerlo en las condiciones que espera el banco del Consell (sin hacer depender el importe de los ingresos brutos), no se muestra dispuesto a renunciar a vías de ingresos como el 'naming' (algo que le ha dado pingües beneficios precisamente al Murcia, que le vendió el nombre de La Nueva Condomina al empresario Enrique Roca).
