Echávarri, el Hércules, las formas y los fondos

Foto: Juan Carlos Soler
24/04/2017 - 

ALICANTE. En una temporada tan vergonzante como la que está culminando el Hércules, el gran triunfo de la entidad blanquiazul (o, mejor dicho, de sus dirigentes) es haberse camelado a Gabriel Echávarri para su causa. No sólo han conseguido que se olvide del 'a Enrique Ortiz ni agua' sino que lo han llevado a asumir un papel de mesías y partirse la cara públicamente con compañeros de partido. Le han convencido de tal manera de que tiene un papel protagonista en la salvación del club que hasta le han hecho dejarse por el camino la credibilidad de los que le votaron (en clave blanquiazul) por su oposición a Ortiz y su entorno.

El tirón de orejas de hace unos días a Manuel Illueca a costa del pacto a tres bandas entre el Instituto Valenciano de Finanzas, el Ayuntamiento de Alicante y Juan Carlos Ramírez/Ortiz a costa de las acciones del Hércules fue antológico. Tanto que a uno le hace pensar si puede provocar el efecto contrario al buscado. Uno se pregunta si evidenciar de tal modo que se está 'cocinando' una subasta de bienes públicos puede llevar a terceros a impugnar la operación.

Resulta utópico que, en Segunda B, haya alguien más que Ramírez y Ortiz interesado en hacerse con el control del deficitario y adeudado Hércules. Seguramente, ambos empresarios son la única vía para la supervivencia del club. Pero, como mínimo, hay que vestir la operación para que se queden con el paquete mayoritario de acciones de legalidad. Empujar al IVF a que se deshaga de las acciones del Hércules de manera precipitada puede ser bueno a corto plazo y contraproducente a largo.

A Echávarri -y se ha demostrado con el despido de la cuñada de Luis Barcala- le pierden más las formas que los fondos. Estoy seguro de que, como herculano, tanto quería lo mejor para el club y la ciudad de Alicante cuando era candidato a la Alcaldía como ahora que ya lleva tiempo en el cargo. Su fondo no dudo de que siempre ha sido bueno, antes y ahora.

Ahora bien, las formas le pierden porque, por más que todo el mundo puede cambiar de opinión (todos estamos expuestos a ello y yo, el primero), se hace difícil de obviar cómo antes quería guardar distancias con sus dirigentes de forma extrema y ahora hay momentos en los que más que dar la cara por el club parece que se la parte por ellos. Ni lo uno, ni lo otro. A mí me gusta un Echávarri más cercano al actual porque prefiero un Hércules con Ortiz que un Alicante sin Hércules. Pero en los términos medios está la virtud y él, como alcalde, debería saberlo.

¡Cómo ha cambiado el escenario en poco más de un año! Recuerdo cuando, ante la penúltima visita del Alcoyano al Rico Pérez, Echávarri montó un palco paralelo en la Grada de Preferente junto a su homólogo de Alcoy, Toni Francés; o la edil de Deportes, Eva Montesinos. Este domingo no presenció el partido pero, de haberlo hecho, hubiera estado en la zona noble y habría sido objeto de reverencias continuas.

Por cierto, el Hércules 2016-17 sí que es para hacérselo mirar y no el empate contra la Pobla de Mafumet de la pasada temporada en el Rico Pérez. ¡Qué termine pronto esta pesadilla porque aún puede ir a peor! Y suerte al Alcoyano en esa promoción de ascenso a Segunda que se ha ganado disputar.

Foto: Juan Carlos Soler

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