ALICANTE. En las tierras de la comarca alicantina de la Marina Alta, en pequeños bancales de suelos calcáreos y pedregosos, así como en otros terrenos más fértiles y arcillosos, se producen las distintas variedades de uva que, desde hace más de medio siglo, se vienen recolectando y procesando en Bodegas Xaló, una cooperativa vitivinícola donde las raíces, la historia y la tradición se dan la mano con la vanguardia para elaborar caldos de la más alta calidad. Más de seis décadas de dedicación y devoción por el vino en sus distintas versiones. Toda una vida de compromiso por la excelencia que ahora se ha materializado en nuevo tesoro enológico: el vino Duquesa de la Vall, un tinto de edición limitada marcado por su intensidad aromática.
Por su parte, el enólogo de la bodega, Sergio Balaguer, apunta que, con el auge de las variedades antiguas, se ha decidido “explorar el potencial que tiene la variedad giró, que ha permanecido en cierto modo olvidada, pero que posee cualidades excepcionales”, asegura el experto. “Desde hace una década nos hemos dedicado a promover la calidad de nuestros vinos y a desmitificar la idea de que el moscatel solo produce vinos dulces”, afirma. Una misión conseguida con este cautivador caldo, elegante y equilibrado, que combina notas frutales con matices balsámicos y tostados.
Fruta madura con notas de madera y café
Tal y como describe el enólogo experto de Bodegas Xaló, en la intensidad aromática de Duquesa de la Vall destaca el papel de la fruta madura, con notas de madera y café. Un resultado para el que es determinante el tiempo en barrica, que enfatiza la integración perfecta entre la madera y la fruta, así como su posterior afinado en las ánforas de barro, de un mes y medio o dos meses, en función de la añada, otorgándole finalmente un 13,5% de grado alcohólico. Un vino del que se guardarán entre 6 y 12 botellas para estudiar posteriormente su evolución.
Calidad e innovación con historia y tradición