La diferencia entre una gestión optimista y una gestión prudente puede marcar la viabilidad de una empresa. Tratándose del Elche CF, puede suponer estar a un lado u otro de la delgada línea que marca la supervivencia de la entidad franjiverde y su desaparición. Optimismo y prudencia, dos formas de entender el manejo de un balance de cuentas que el presidente Joaquín Buitrago no ha tenido pelos en la lengua a la hora de señalarlo. Sobre todo, porque tiene razón y no quiere tener que vender anexos, llamar a Sepulcre para que equilibre la balanza o entrar en el juego del humo y la ruleta argentina.
Da igual que el anterior consejo de administración, que presidía Diego García, provisionara un millón cuatrocientos mil euros ante la determinación que Bruselas debe tomar en torno a la decisión de recuperación de aquel préstamo realizado por el IVF al Elche; da igual que este órgano rector haya decidido aumentar la cifra hasta los dos millones cien mil euros, setecientos mil euros más. La cifra es lo de menos, más aún cuando la sanción ascendería a cuatro millones cien mil euros. Lo que importa es la forma en la que se encaran las situaciones.
¿Por qué con las mismas condiciones se toma una decisión con diferentes cantidades? El anterior Consejo de Administración del Elche gestionaba desde el optimismo en lugar de la prudencia y el realismo. Saber cuándo dictará sentencia la Luxemburgo es imprevisible pero estar preparado, desde tu trinchera, es una tarea tan necesaria como lógica para que no te coja por sorpresa. Mejor prevenir que curar y, sobre todo, mejor ajustar tu económica a la prudencia para que el futuro no abra camino hacia la insolvencia y tu economía esté tan controlada como asegurada. Así, luego no tienes que ir pidiendo, o vistiéndote de pelitos para regatear tu falta de perspectiva.
Y ojo, aviso a navegantes que preparan el cuchillo. No lo digo yo, lo dice Joaquín Buitrago, que es lo mismo que lo diga José Sepulcre. "El anterior Consejo de Administración entendió que a raíz de la resolución del caso del Hércules CF, las previsiones de resolución favorable aumentaban. Pero el nuevo Consejo analizó el tema y no estamos exactamente en las mismas circunstancias". El presidente, o lo que es lo mismo el máximo accionista, prefiere pecar de prudencia que de optimismo. Normal. Puestos a pecar, que cada uno peque como pueda pero con su dinero, y este es el de Sepulcre, a diferencia de cuando García y adláteres gestionaban todo menos el dinero de sus bolsillos.
Ser optimistas, o dejados (ya que entramos en harina), ha sido uno de los problemas que el Elche ha tenido durante los últimos años y que le ha llevado a dónde le ha llevado. Gestionar desde el optimismo, fijándote en lo que pasa con otros, en lugar de aplicar el realismo de los problemas que uno vive de puertas hacia afuera es de primero del manual del buen gestor que gestiona, y más, el dinero de los demás. Quizás, con menos optimismo y con más realismo, ahora el club estaría en otro momento de su historia pero claro, no somos tan optimistas como esos gurús de las contabilidad que no hace mucho tenía el Elche, y que casualmente ya no están (dicen que dimiten, sí, eso dicen) para cuadrar los balances de pérdidas y ganancias.