(Intervención del alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, ante la asamblea de Concapa)
Me gustaría empezar mi intervención dando las gracias a todos los que estáis hoy aquí. Dando las gracias, porque todos los presentes demostráis una profunda implicación en la educación de vuestros hijos. Creo, firmemente, que es esa preocupación, la que consigue que las cosas mejoren. Y no es sólo una opinión personal. Un estudio realizado por el consejo escolar del Estado, sobre “la participación de las familias en la educación escolar” señala claramente que “el grado de participación de los padres en la formación académica de los hijos está intrínsecamente unido a los resultados académicos de los mismos.” Por tanto, gracias porque con vuestro esfuerzo, nuestros jóvenes, vuestros hijos, estarán formados, y cuando más formada está una sociedad más libre es.
Agradezco también a la dirección de la CONCAPA que me haya invitado a abrir estas jornadas, de forma que me podáis escuchar, porque muchas veces, determinados prejuicios, clichés establecidos o informaciones no completas pueden dar lugar a conclusiones equivocadas, sobre lo que, como alcalde represento y sobre todo, pienso.
Dos, son los temas que hoy quiero abordar, temas que me constan os preocupan, y no solo a vosotros, esos temas son el futuro de los conciertos educativos y el decreto de plurilingüismo.
Sabéis que ninguna de las dos cuestiones son competencia municipal, pero yo creo que todo lo que sucede en Alicante, o afecta a una pluralidad de alicantinos, es competencia del alcalde, por lo menos el preocuparse e intentar ayudar.
Empezando por el futuro de los conciertos educativos, señalar que vuestra preocupación es la mía, como he reiterado en varias ocasiones. Soy un firme defensor de la concertada, fue un obra del Partido Socialista. Me gustaría, sin embargo, detenerme un poco en el pasado para tratar de comprender el futuro.
Como he dicho y todos sabréis fue partido socialista el que reguló los conciertos educativos por primera vez en 1985. El entonces ministro de Educación, José María Maravall fue el encargado de sacar adelante la LODE, con tremenda oposición, incluyendo recurso ante el Tribunal Constitucional, por cierto, de los que hoy se erigen en los principales defensores de los conciertos.
En el preámbulo de la ley se explica la situación existente en ese momento y que justificó los conciertos; En ese preámbulo se señala que:
“La extensión de la educación básica, hasta alcanzar a todos y cada uno de sus ciudadanos, constituye sin duda, un hito histórico en el progreso de las sociedades modernas. En efecto, el desarrollo de la educación, fundamento del progreso de la ciencia y de la técnica, es condición de bienestar social y prosperidad material, y soporte de las libertades individuales en las sociedades democráticas. No es de extrañar, por ello, que el derecho a la educación se haya ido configurando progresivamente como un derecho básico, y que los estados hayan asumido su provisión como un servicio público prioritario.
Por las insuficiencias de su desarrollo económico y los avatares de su desarrollo político, en diversas épocas, el Estado hizo dejación de sus responsabilidades en este ámbito, abandonándolas en manos de particulares o de instituciones privadas, en aras del llamado principio de subsidiariedad. Así, hasta tiempos recientes, la educación fue más un privilegio de pocos que derecho de todos”.
Precisamente, para corregir esta situación, se decidió regular los conciertos educativos, para garantizar que todos los niños, independientemente de su condición económica, tuviesen derecho a una educación de calidad. Para que cualquier niño llegase hasta donde le llevase su capacidad y no hasta donde le llevase la capacidad del bolsillo de sus padres.
Porque lo único que realmente garantiza la igualdad de una sociedad es el derecho de todos sus miembros a recibir una educación de calidad. El derecho a que el esfuerzo y la capacidad sean los únicos factores que importen. Con esa intención se regularon los conciertos.
Pero además de para garantizar el derecho a la educación, también se hizo para que todos los puestos escolares fueran dignos, lo decía el propio José María Maravall en su intervención en el congreso de los diputados el día que presento la ley: Se trata, por fin, de que el Estado utilice adecuadamente sus recursos para hacer del sistema educativo español, un sistema racionalmente programado que asegure un puesto escolar digno a todos los españoles y una enseñanza en libertad.
Estas eran algunas de las motivaciones de la LODE, ahora bien, no sería honesto conmigo mismo, si no señalase que el espíritu de la ley se ha pervertido en algunos casos. Para que la pública y la concertada se complementen, para que todos los niños y niñas tengan un puesto escolar digno y la libre elección de centro de los padres no se vea coartada, es necesaria una apuesta clara de las administraciones para garantizar la calidad de la enseñanza pública.
La Comunidad Valenciana es el mejor ejemplo de como ésto no se ha cumplido. Durante años, los años del todo vale, se dejó de invertir en educación, se construyeron barracones en vez de colegios, se permitió que se degradaran los colegios públicos acumulando deficiencias y más deficiencias, se creo una gran brecha entre el estado de los colegios públicos con otros colegios privados o concertados, siendo la consecuencia limitar, como he dicho, la libertad de elección de los padres, porque, ante dos colegios, uno pintado, equipado y con gimnasio y comedor reluciente, por ejemplo, porque voy a llevar a mi hijo a un colegio degradado y sin equipamiento. Solamente ante 2 situaciones iguales, mi libertad de elección será plenamente libre y eso en la Comunidad Valenciana no se ha dado. Así que apostar por la educación no es en caso alguno atentar contra la concertada, al revés, es ampliar la libertad de los padres para la libre elección de centro. Por eso yo estoy a favor de la educación pública, y de la concertada.
Por eso, reitero mi apoyo a la concertada, me ofrezco, como ya trasmití a varios de vuestros representantes aquí presentes a mediar con Conselleria, la que realmente tiene competencias en esta materia, para que no se produzcan recortes en la concertada y las decisiones que se tomen respecto de la supresión o no concesión de líneas o unidades en la ciudad de Alicante, se haga de manera consensuada con la sociedad. Ya le hice este ofrecimiento al conseller, si ustedes lo desean me ofrezco a ejercer de mediador de buena fe. Ahora la mediación debe ser aceptada por las 2 partes. Colegios y conseller. Aquí dejo mi ofrecimiento.
El segundo tema, el decreto de plurilingüismo. En Alicante nunca hemos tenido un problema lingüístico, nunca. Yo soy el mejor ejemplo, soy nacido en Alicante, en 1970, hijo de un navarro y una asturiana, por lo que en mi casa jamás escuché una sola palabra de valenciano. Mi primera clase de valenciano me llegó en 1 de BUP, por lo que difícilmente pude empaparme de la lengua solo en el bachiller y COU. Pues bien, a pesar de no hablar valenciano, jamás he tenido un problema para expresamente o entenderme con ningún alicantino en toda mi vida. Jamás. Y tampoco me consta que la gente que utiliza el valenciano en la ciudad haya tenido a su vez problemas. En Alicante no hay un conflicto lingüístico, por eso le pido a unos y a otros, ya saben, a los que tengo a mi izquierda y a mi derecha, que no utilicen la lengua para enfrentarnos, que no voy a permitir que se genere un conflicto artificial que inocule el odio entre alicantinos. No lo voy a permitir. La lengua, el mejor vehículo de comunicación que posee el ser humano, debe servir para unir, no para separar.
Y respecto al Decreto en si mismo, reflexionemos sobre la situación actual. Hoy los niños acaban su enseñanza obligatoria y salen sin saber ni inglés, ni valenciano. Hoy no hay niño o niña alguna que sin clases de apoyo, sea ni bilingüe ni trilingüe. Por tanto todo el mundo es libre de apoyar lo que considere. Defender el modelo actual donde como digo se sale sin saber ingles ni valenciano, o intentar ir un paso más allá y salir sabiendo las 3 lenguas. Y me diréis.. pues prefiero que mis hijos sepan inglés y no valenciano, y por eso me voy a manifestar. Perfecto, les doy la razón…pero no salgan a la calle junto a los que gobernando 20 años en esta comunidad no se preocuparon porque sus hijos supieran inglés, no salgan a la calle junto a los que solo les ha entrado la preocupación por el inglés cuando ya no gobiernan. Porque estos que hoy están agitando este árbol de odio entre alicantinos, no les importan ni el inglés, ni el valenciano, ni sus hijos, les importa sus votos. Si les importara el inglés que lo hubiesen hecho en 1995 y hoy tendríamos varias generaciones bilingües.
Termino mi discurso como lo empecé, dando las gracias a todos los asistentes porque, sin duda alguna, sólo desde la implicación y desde el diálogo se puede conseguir mejorar el legado más importante que dejaremos a nuestros hijos: su educación.
Gabriel Echávarri es el alcalde de Alicante.