ALICANTE. Con una sonrisa de oreja a oreja andan los aficionados del Hércules.
No es la primera vez que su equipo se proclama campeón de invierno, ya se sabe qué pasó en 2022 cuando cerró la primera fase liderando su grupo (también merced a un triunfo en la última jornada) y, no lo olvidemos, compite en el cuarto escalón del fútbol español. Pero es igual, se ha decretado el estado de felicidad en el herculanismo, hasta el punto de que en el club esperan un segundo arreón en la campaña del medio abono, tras el tradicional (incluso cuando vienen mal dadas) con motivo de la Navidad y el gusto de los adultos por tratar de sumar a la causa a nietos, hijos y sobrinos. Lo anterior le permitirá rebasar una cifra de 9.000 abonados que se encuentra muy cerca ya de alcanza, no obstante no volver a jugar como local hasta el domingo 21.
El aficionado se siente más que representado por su equipo y no solo por el honorífico campeonato de invierno, su liderato de grupo, también por el hambre del que ha hecho gala durante la primera vuelta y que, como destacaba el técnico Rubén Torrecilla en la sala de prensa del camp d'Esports, representa bien en el gol de Marcos Mendes del domingo.
"Es cuarta, pero es el Hércules", dice el herculano medio.