Los días que han seguido al petardazo del Hércules en Bunyol han girado alrededor de si en el vestuario se hace autocrítica o no. Raúl Ruiz la hizo públicamente el lunes, al tiempo que dejaba entrever que también se sigue esa política a nivel interno. Ahora bien, a las alturas que estamos, lo de menos es si se hace o no autocrítica. Lo verdaderamente importante es que se corrijan esos "errores individuales" a los que Sergio Mora ha aludido en más de una ocasión, aunque el sábado les restaba peso y apuntaba al mal arbitraje.
El que los blanquiazules cayeran en su visita al Atlético Levante no fue culpa del árbitro. Este ya formaba parte de la particular galería de los horrores del equipo del Rico Pérez por haberle perjudicado gravemente la temporada pasada (ante el mismo rival, curiosamente) y desde ahora, también, por haber sido el trencilla al que insultó Bikoro, llevándole a perderse la mitad de los partidos que le restan (y dando gracias) con la camiseta blanquiazul. Pero nada más. Si tiras una vez entre los tres palos de la meta contraria, difícilmente vas a marcar y esto del fútbol va de meter goles... y de que no te los metan, algo imposible cuando te dedicas a pegarte un tiro tras otro en el pie semana tras semana.
Alcanzar la primera plaza no está imposible, pero sí difícil teniendo en cuenta que restan diez partidos y, especialmente, que eres menos fiable que tus rivales directos. Habrá que recuperar la solidez defensiva, crear más ocasiones y transformarlas, lo que precisamente Raúl Ruiz decía el lunes. Habrá que poner fin a los errores individuales, en la propia área y en la contraria, que protagoniza el equipo en las últimas jornadas (en alguna de ellas incluso ha ganado).