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2018 HA SIDO UN AÑO INTERESANTE PARA LA GRAPHIC NON-FICTION

De Intxaurrondo a Gaza, pasando por Odesa, Malmö, Tokio, València o Auschwitz

31/12/2018 - 

ALICANTE. Si Contrato con Dios, de Will Eisner, publicada en 1978, es reconocida como la obra fundacional del subgénero novela gráfica, dentro del ecosistema del cómic mundial, por utilizar el término genérico más extendido en el mundo anglosajón (un día entraremos al detalle de los diferentes términos que se refieren a esta actividad artístico literaria en su conjunto, y sus etimologías: historieta gráfica, tebeo, bande dessinées, manga,...), Maus, de Art Spiegelman, publicada en 1991, sería su homóloga en el subgénero de la nonfiction. Obviando que toda obra fundacional tiene un largo recorrido detrás, con multitud de ejemplos a lo largo del cronograma de la historia, que cumplen con algunas o todas las características de la categoría (desde el espíritu pedagógico de las auques, hasta la didáctica de la Historia de los Real Fact, Real Heroes y True Comics norteamericanos de los años 40, con guionistas de la altura de la novelista Patricia Highsmith).

La novela gráfica se ha convertido, sin duda, en el subgénero hegemónico entre el segmento de lectores generalistas, más allá de las nutridas y densas comunidades especializadas en el manga y el comic book norteamericano de superhéroes. Pero este año de 2018 ha visto un repunte y consolidación de otro de los subgéneros que son en sí mismos un cajón de sastre, el de la nonfiction, que engloba soluciones formales tan diferentes como el cómic autobiográfico, el cómic periodístico, el cómic histórico, o propuestas singulares y particulares como el onirismo, la introspección psicológica o las relaciones entre artes emparentadas por la técnica y el uso de las imágenes, como el cine y el cómic.

Lo que sigue no es un “los mejores cómics de no ficción publicados en 2018”, sino una muestra significativa de lo que esta aproximación al arte secuencial ha dado en este período, editorialmente hablando.

1. Alfonso Zapico, Los puentes de Moscú, Astiberri.

Una conversación, aunque adopte el patrón establecido de una entrevista, siempre es un género literario en sí misma, una especie de improvisación sobre un tema, que si alcanza el virtuosismo de un Keith Jarrett o un Chic Corea, su registro se convierte en imprescindible.

La conversación que mantuvieron el primer día de invierno de 2016 Eduardo Madina y Fermin Muguruza en Irun, localidad de residencia de este último, por encargo de la revista Jot Down, ha tenido dos registros, gracias a la presencia como invitado en ella del historietista asturianoAlfonso Zapico, Premio Nacional del Cómic por Dublinés, en 2012, y autor de La balada del norte, que tirando del hilo argumental de personajes representativos de diferentes extractos sociales, explica los entresijos de la Revolución de Asturias de 1934. 

El primer registro fue la publicación de la entrevista tal y como fue encargada, en la revista Jot Down Smart de febrero de 2017. 

El segundo, el volumen que en 2018 ha editado Astiberri, bajo el título Los puentes de Moscú, en el que Alfonso Zapico recrea aquella conversación y mucho más. 

Con una estructura narrativa plagada de saltos entre el pasado y el presente, de historias que confluyen, de una sólida documentación, más allá de las declaraciones de ambos contertulios, Zapico elabora una soberbia introducción al núcleo del Conflicto Vasco, utilizando como eje las biografías y el mundo interior de los protagonistas: “el relato de varias generaciones de jóvenes vascos cuya propia historia se dibuja en blanco y negro”.

2. Retratos de la violencia. Una historia ilustrada del pensamiento radical. Akal [Escrita por Brad Evans y Sean Michael Wilson. Ilustrada por Inko, Carl Thompson, Robert Brown, Chris Mackenzie, Michiru Morikawa, Ken Quach].

Reflexionar sobre la violencia, más allá dels sesgo ideológico, no suele ser un ejercicio del gusto de todos, pero hay toda una línea de pensamiento que, enraizada en La paz perpetua de Immanuel Kant, y la paradoja que supone que por un lado sea buena para la sociedad, ya que crea competencia y motiva a los seres humanos a lograr sus objetivos, mientras que la violencia entre entidades atenta contra el ser humano (la reproducción) y su instinto de mantener la raza humana. Hannah Arendt, Frantz Fanon, Brad Evans, Edward Said, Paulo Freire, Michel Foucault, Susan Sontag, Noam Chomsky, Judith Butler, Giorgio Agamben se dirigen al lector, a veces de manera directa, rompiendo la cuarta pared de la viñeta, a veces en forma de diálogo platónico entre dos interlocutores que van desgranando, en un discurso no siempre ágil, pero siempre certero, los elementos centrales de su pensamiento. Diez páginas para cada autor, con el atractivo de los diferentes estilos de dibujo de los ilustradores.

3. Yoshiharu Tsuge, Nejishiki, Gallo Nero.

Las historias que componen esta obra de Tsuge, publicadas por primera vez en un número monográfico de la revista GARO dedicado al autor, en junio de 1968, constituyen un antes y un después en la historia del manga. 

Once historias marcadas por un onirismo alucinado que generan en el lector un extrañamiento que uno presupone de carácter cultural, pero que tal vez sea fruto únicamente de la transgresión total de los límites de la mente en la que se zambulló el autor a la hora de dibujar estas piezas. Violencia, sexualidad sin cortapisas, pautas de conducta más allá de las reglas del juego social, en una demostración formal de técnicas de ilustración en que Tsuge incorpora su experiencia con el collage, los difuminados, las líneas de sombra y la incorporación del color, el rojo sangre, como elemento distorsionador de la mirada, en Nejishiki (El sistema del tornillo), la historia que abre el volumen y le da título.

Tsuge afirmó que esta obra era un ejercicio puramente artístico, alejado del concepto tradicional del manga, aunque más tarde reconoció que sólo había plasmado sobre el papel un sueño que tuvo una tarde de verano, tumbado sobre el tejado de una caseta donde se vendía ramen… y todo porque se acercaba la fecha comprometida para entregar una historia y no tenía nada preparado.

4. Pablo Auladell, Potemkin. Homenaje a la película de Sergei Eisenstein, Libros del Zorro Rojo.

Pablo Auladell Premio Nacional del Cómic en 2016, por su reinterpretación de El Paraíso Perdido de John Milton, se ha atrevido con una versión en formato de novela gráfica de la película de Sergei Eisenstein El Acorazado Potemkin, de 1925, el film que suele encabezar, junto con Ciudadano Kane de Orson Welles, todas las listas de mejores películas de la historia del cine.

Basada en hechos reales acaecidos en 1905, la película muda de Sergei Eisenstein narra cómo la tripulación del acorazado Potemkin, cansada del trato vejatorio e injusto recibido por parte de los oficiales, se amotina frente al puerto de Odesa, marcando así el inicio del reguero revolucionario que sacudiría toda Rusia.

“El proyecto es un encargo, yo no me hubiera metido en un berenjenal así”, nos comentaba en una entrevista publicada en este mismo diario, “lo que hice fue fijarme en lo que vertebra la película: las metáforas visuales, el montaje, e intentar desmontar todo eso y volverlo a montar, en eso consistiría mi homenaje, en volver a montarlo como un puzzle que destrozas para trasformarlo en otra cosa, con los mismos elementos, en este caso, pasando de la narración cinematográfica a la del cómic”.

El resultado es más una aproximación a todo aquello que separa la narración cinematográfica de la del arte secuencial, al tiempo que un homenaje a todas aquellas personas que se ven convertidas en carne de cañón de las grandes revoluciones.

5. Daria Bogdanska, Esclavos del trabajo, Astiberri.

Daria Bogdanska, nacida en Varsovia, Polonia, el año 1988, echa mano de su propia biografía como exiliada económica para denunciar los mecanismos perversos de la solidaridad institucional y la desregulación del trabajo.

Después de su paso por la Barcelona okupa, decide trasladarse a la localidad sueca de Malmö, donde se apunta a una escuela de cómic, ansiosa por emprender una nueva vida. Pero allí le espera una pesadilla kafkiana de trámites administrativos, y para subsistir no le queda más remedio que aceptar un empleo de camarera con un sueldo de miseria y sin contrato. Mientras acumula horas de trabajo, cansancio y desamores, le va creciendo por dentro un imparable sentimiento de rebeldía ante la injusticia, y decide dar un puñetazo en la mesa y luchar por sus derechos y los de sus compañeros.

Una historia de resiliencia que es al mismo tiempo reivindicación del sindicalismo, la solidaridad y la cultura colaborativa, narrada con un trazo que por momentos recuerda el estilo de Marjane Satrapi, pero atrapado por la urgencia y una cierta suciedad en las sombra, muy acorde con el espíritu punk de la autora.

6. Guillermo Corral Van Damme, Paco Roca, El tesoro del Cisne Negro, Astiberri

Si en el cómic de Bogdanska la suciedad formal es un mérito, en el caso de esta colaboración entre el Premio Nacional del Cómic de 2008, Paco Roca, y el diplomático y escritor Guillermo Corral van Damme, se hace evidente que lo que buscaba el guionista es la pulcritud formal del dibujante valenciano.

Mayo de 2007. La principal empresa cazatesoros del mundo capta la atención de la opinión pública al anunciar que ha descubierto en aguas del Atlántico el mayor tesoro submarino encontrado jamás. Según la limitada información difundida por la empresa el hallazgo corresponde a un buque misterioso, el Cisne Negro. Sin embargo, hay indicios que apuntan a que se trata en realidad de un pecio español. Comienza así una fascinante trama jurídica y política, cuyas raíces se remontan a hechos acaecidos dos siglos atrás, y en la que un pequeño grupo de funcionarios va a enfrentarse en defensa de nuestra historia a todo el poder mediático y la influencia de la compañía norteamericana.

Corral van Damme tira de testimonio de primera mano para mostrar las cloacas de la política internacional, salpicada de globalización e intereses económicos, hasta en nimiedades como la Historia de la Piratería, desde los corsarios ingleses en épocas tan cercanas como los finales del siglo XVIII y principios del XIX, hasta las empresas cazatesoros norteamericanas de la actualidad, bien relacionadas con los subcontratistas de guerra.


El tesoro del Cisne Negro es una demostración técnica de narrativa gráfica que aúna detallismo en la descripción de los procesos investigadores y un ritmo heredero del cómic de aventuras de Blake y Mortimer, sin salir, en más de dos tercios del volumen, de las paredes de los despachos, los archivos y los restaurantes, aunque no se ahorra meternos en una trepidante persecución entre trailers y hummers, para acabar con un guiño a Indiana Jones y el destino final del Arca Perdida.

7. Cristina Durán, Miguel Ángel Giner Bou, Laura Ballester, El día 3, Astiberri

El día 3, obra en colaboración de la periodista Laura Ballester y los ilustradores Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, es un trabajo de investigación periodística que adopta la forma de narrativa secuencial para hacer un recorrido exhaustivo, y emocional, por la peripecia de unas personas marcadas por la desgracia de haber sufrido un accidente evitable, enfrentados a un discurso oficial que intenta aniquilar su credibilidad como víctimas, convirtiéndolos, a ellos mismos, en accidentes inevitables de la “realidad oficial”. Los familiares de las 43 víctimas mortales, los familiares y los propios 47 heridos, las personas que iban en aquellos vagones de la línea 1 del Metro de València y que resultaron indemnes, ninguno de ellos podrá olvidar aquella curva y la entrada de la estación de Jesús. Todos ellos son los protagonistas de esta historia, los superhéroes y superheroïnas que se enfrentan a los monstruos de tentáculos viscosos que intentan corromper su espíritu solidario.

Durán y Giner Bou eligen una gama cromática entre el Green-blue State y el Aquamarine, en diferentes disminuciones que, combinadas con un perfilado en negro de trazo grueso (marca de la casa de la ilustradora Cristina Durán) en la deconstrucción cubista de los rostros, sirven de base para una distribución de viñetas que no se complica y acepta los cánones de la actual novela gráfica: ilustración en página completa, tres viñetas horizontales, su división en seis cuadrados exactos, alguna que otra rotura de las fronteras, no hace falta nada más por, combinado con una disposición de globos rectilíneos que, realmente, funcionan como cartelas de una narración omnisciente, como una voz en off que va enlazando los hechos con las reflexiones, los datos y las intimidades de los afectados, construyendo un discurso ágil que conjuga perfectamente el trabajo periodístico de Laura Ballester, reflejada ya en el libro Lluitant contra l’oblit. el llarg camí de les víctimes del metro de València, editado por Sembra Llibres, con la técnica narrativa de los autores gráficos.

El día 3 es un homenaje a todas aquellas personas que la mañana del 3 de julio de 2006 cayeron por el precipicio de la invisibilidad para una gran parte de la sociedad valenciana.

8. Susanna Martín, Gaza Amal. Historietas de mujeres valientes en la franja de Gaza. UNRWA Euskadi [Edición electrónica].

La ilustradora catalana Susanna Martín, instalada en Euskadi, realizó esta obra, en la que ” a través de sus cuatro protagonistas, Amal, Hura, Khadira y Hazeem, se busca acercar  la realidad de las mujeres gazatíes a la sociedad vasca y desmontar los estereotipos culturales y de género sobre las mujeres palestinas, en 2016.

La publicación se realizó en el marco del proyecto “Estrategias de empoderamiento para reducir la vulnerabilidad de las mujeres en la franja de Gaza” que UNRWA Euskadi lleva a cabo con el apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo en la Franja de Gaza. Esta iniciativa busca impulsar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, el acceso a un sistema de protección contra la violencia de género y la mejora del acceso al mundo laboral de las mujeres gazatíes, a través de la formación y las prácticas laborales, el apoyo psicosocial a mujeres y menores, así como la formación en derechos de las mujeres. 

La historia de Hazeem, junto a las de Amal, Hura, Khadira, Nur es la historia de las mujeres y las niñas de Gaza que resisten, viven, brillan. Lo hacen a pesar de un entorno marcado por la falta de oportunidades, de pobreza, de cortes de luz, de violencia de género. 

La realidad forzosa de más de 10 años de bloqueo. Sus nombres significan esperanza, libertad, fuerza, trueno, luz. Este es un cómic que rompe prejuicios y estereotipos sobre las mujeres de Gaza.

En 2018, UNRWA Euskadi ha comenzado una campaña para viralizar la versión digital de esta obra.

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