ALICANTE. El Hércules-Ibiza de este domingo despertó tanta atención que estuvo muy cerca de agotarse el cupo de 150 acreditaciones que como máximo permite la conselleria de Sanitat desde que en diciembre estableció la obligación de jugar ante como máximo 150 espectadores, en el marco del endurecimiento de las medidas para contener la transmisión del Covid-19.
Entre las directivas (Valentín Botella y Carlos Parodi encabezaban la representación blanquiazul, mientras que el presidente del Ibiza, Amadeo Salvo, y el director deportivo del club balear, Fernando Soriano, hacían lo propio con la nutrida delegación celeste), sanitarios, miembros de la seguridad privada, personal del Hércules adscrito a la apertura del estadio, parte de la comisión deportiva del club blanquiazul (con el director deportivo Carmelo del Pozo al frente), ojeadores de terceros clubes (como Yeclano, UCAM, Getafe, Betis, Valencia o Elche, que estaba representado por su director deportivo, Nico Rodríguez) y la prensa se rozó en el estadio Rico Pérez una concurrencia de 150 personas (participantes al margen).
Ortiz y Ramírez
Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez, por su parte, apostaron más que nunca por el segundo plano y siguieron el choque desde uno de los espacios reservados de la zona vip, en lugar de hacerlo desde el palco como suele ser habitual.
