EL CAMPELLO. La moción de censura de PSPV, Cs y Cambiemos en Orihuela ha hecho prestar atención a varios frentes abiertos entre PP y Cs. Uno de ellos, y quizás el más equiparable entre sí, en la comarca de L'Alacantí. El Campello ha sido protagonista de numerosos desacuerdos y riñas entre las dos formaciones mayoritarias del equipo de Gobierno, siendo imposible de tapar su hostilidad.
Parece que, por el momento, la de Orihuela será la única que salga adelante. Desde el grupo municipal Cs han desmentido una posible moción de censura en El Campello, "a pesar de la situación" que se vive el municipio. En caso de que se repiensen esta posibilidad, tendrían menos de dos meses para ejecutarla, pues no se pueden presentar cuando falte un año o menos para el fin de la legislatura. Queda el tiempo de descuento.
No es la primera vez que suenan campanas -y no de boda, sino más bien de lo contrario- sobre una posible moción de censura en El Campello. Las opiniones enfrentadas sobre la subida del precio del agua por la desaladora fue quizás el desacuerdo que marcó un antes y un después, pasando de ser una discrepancia habitual entre dos formaciones diferentes a una brecha evidente en el equipo de Gobierno.
El debate por el agua desalada se remonta a marzo de 2021 y, desde entonces, la gobernanza ha sido un constante enseñar los dientes. La tensión entre ambas formaciones también fue protagonista en verano, cuando la portavoz del Partido Popular, Lourdes Llopis, invitó a los ediles de Cs a que abandonaran la coalición, tras un comunicado de la formación naranja en el que Oca criticaba la "decisión unilateral desde la Concejalía de Recursos Humanos y Alcaldía" sobre no renovar el puesto de trabajo del arquitecto municipal y responsable del servicio de Playas.
Llegó después la confección de los presupuestos para 2022, nuevo motivo de disputa. Ciudadanos denunciaba que el PP le había dejado fuera de las negociaciones y había obviado sus peticiones, por lo que la formación naranja presentó su propio borrador, recalculando las partidas que creía infradotadas. Sin embargo, los populares aseguraban que sí se había contado con todos los grupos que integran el equipo de Gobierno para elaborar el documento presupuestario.
La entrada de un nuevo concejal naranja (Javier Giner) en sustitución de Javier Martín también removió arenas y aguas. Este último ostentaba Contratación, área que se quedó el alcalde, Juanjo Berenguer (PP) tras la dimisión y que, en un principio, no quiso devolver a Cs. La Concejalía era, por pacto de inicio de legislatura, de los naranjas, por lo que les fue devuelta. No sin antes arrancar rumores sobre una moción de censura si el PP incumplía el pacto. Tras devolverla, el contraataque de los populares fue decretar que los políticos quedaban fuera de las mesas de Contratación.
Cs explota: "Si el PP no ostenta Contratación, los políticos salen de las mesas"
La contrariedad más reciente fue hace a penas una semana, en el pleno del mes de marzo. El portavoz naranja, Julio Oca, acusó a un técnico municipal de mentir en un informe y el alcalde, Juanjo Berenguer (PP), salió en defensa del funcionario. En la misma sesión plenaria, Cs se quedó solo ante el intento de reprobar al portavoz de Compromís, Benjamí Soler, por un descalificativo que este lanzó a la edil de Cs, Mercé Pairó. Más tarde, la agrupación naranja lanzó un comunicado en el que apelaba directamente a la insensatez del PP, en concreto, por no haber apoyado esta moción.