Este miércoles, se presentaba a los medios de comunicación en Elche la programación del Gran Teatro para los próximos meses. La concejala responsable de área comparecía junto al responsable de programación y leía la retahíla de espectáculos y sus autores con fechas días y horas. Anteayer hizo lo mismo con la cartelera de los cines Odeón y el día anterior con las del campo y las pedanías o no sé muy bien porque convocaron para una cosa y luego era otra.
Creo, en cualquier caso, que se ha cerrado el ciclo de comparecencias pero solo lo creo porque parece capaz de seguir muchos días estirando el chicle si no la frenan. Lo que ha hecho está responsable publica en esas comparecencias es leer un folleto y mi opinión es que no era necesario. Otra cosa es, y así lo comenté al responsable de comunicación, que la edil en cuestión aportará al listado leído en la comparecencia un balance del año pasado, unas propuestas de objetivos, un análisis de la aceptación de esa programación entre los espectadores, algo, un algo. Algún periodista hizo un intento tímido de conseguirlo a través de preguntas pero nada. Esto no solo le sucede a ella. Es algo bastante frecuente. Y no solo en Elche.
Los políticos ahora mismo tienen ansia viva por salir en la foto. Siempre ha sido un poco así, los más viejos del lugar deben recordar el baño de Fraga en la playa de Palomares. Pero ahora es que parece en ocasiones que ese sea su único cometido en la jornada laboral.
Que se lo digan a los del PP que llevan una semana visitando granjas a costa de Garzón. O a la que, a falta de foto de este año, envía la del año pasado.
Por alguna extraña razón de la que posiblemente los medios de comunicación seamos cómplices necesarios, incluso, tienen la creencia de pensar que salir en la foto de lo que sea o hacer una intervención como sea les va a servir de algo. Y muchas veces consiguen el efecto contrario. Saturar o incluso que te aborrezcan. Los periodistas y la gente que ve la tele o lee el periódico.
Otra cosa es si esa fiebre por salir en los medios tiene como objetivo posicionarse en el partido para cuando llegue el momento de ver quien va en la lista y quién no. Recuerdo que un periodista que trabajaba para Ciudadanos me contó cómo se hacían turnos para minutar cuánto tiempo le daban al entonces “jefe” en los telediarios y cómo median el espacio en prensa en centímetros. Todos los jefes de comunicación hacen seguimiento de las noticias sobre su tema pero de ahí a valorar al peso o salir al peso me parece una aberración. Que hablen de mí aunque se apara mal, ¿no?
Y en el caso de Cultura y teniendo en Elche la plancha que tiene Marga Antón más todavía. Las críticas a su política cultural le llegan desde todos los lados; por arriba por abajo por derecha y por izquierda. Porque hacer o promover Cultura no es rellenar un folleto y sobre todo cuando te lo rellenan. Hacer Cultura es otra cosa. Y entre ellas está escuchar a los artistas, a los colectivos sociales, a los líderes de opinión locales en la materia y al posible público. Y también es velar por el Patrimonio Cultural y hacer un seguimiento de su estado.
O impulsar y seguir de cerca la revisión del Catálogo de Bienes Protegidos o el estado de rehabilitaciones o buscar subvenciones para llevar a cabo iniciativas novedosas y que reparten un beneficio al patrimonio cultural, que aunque son arquitectos y urbanistas los que se encargan de estas cosas, la dirección y el impulso debe llegar desde ahí. O incluso sencillamente ser capaz de promover una exposición histórica sobre carteles de cine, contextualizada y sin errores.
Hay mucho por hacer y a pesar de ser la hermana pobre del presupuesto local es posible con ideas ganas y ayuda de los colectivos locales dejar un trabajo bien hecho y que los medios de comunicación lo reflejen.
Recuerdo a Encarna Marco en este diario un día después de su entierro y vuelvo a aquello que escribí hace un año sobre esta exconcejala que dejó huella de su paso por educación. Ojo. Una de las concejalías menos agradecidas. Pero la obsesión por el titular y la foto fácil está convirtiendo esto en una pantochada. Políticos en granjas, leyendo programas de mano o enviando la foto del año pasado. Paremos esto.