Si hay en Alicante un paseo emblemático que destaque sobre los demás, ese es sin duda el de la Explanada de España con sus palmeras, con ese mosaico en el suelo que reproducen las olas del mar Mediterráneo, con la concha para conciertos y eventos sociales, con edificios a su vera que lo ensalzan como la Casa Carbonell, la de Lamaignere o el Real Liceo Casino, con sus características sillas de madera para pasar un rato sentado viendo pasar el tiempo sin prisas…
¿No se ha preguntado nunca de cuántas teselas forman las olas del mosaico, de quien fue la idea y qué sirvió de inspiración para realizarlo? En esta crónica responderé a estas preguntas y seguro que con alguna se llevará una sorpresa. Venga, allá vamos con el relato de tan singular paseo por donde ha pasado de todo.
En terrenos ganados al mar con la ayuda de las piedras de cuando se derribó la muralla que había cerca del puerto, es fachada marítima de la ciudad desde la plaza del Mar hasta el paseo de Canalejas. En Instagram he leído que es uno de los paseos más populares de la ciudad. Y del mundo, añado yo, que cuando desembarcan de los cruceros los miles de turistas que visitan la ciudad, es lo primero que pisan y se quedan maravillados. Y no sólo ellos. Es foto segura.
El paseo nació a mediados del siglo XX sobre un lienzo de tierra compacta, con palmeras a los lados de cada calle. Luego llegó el mosaico en el suelo, siendo Agatángelo Soler alcalde de Alicante. El pavimento de la Esplanada se compone de 7,5 millones de teselas de mármol, nada menos, de tonos rojo Alicante, crema Marfil y negro Marquina. Forman un diseño ondulado de las olas del mar. El mosaico se inspiró en el pavimento de la plaza del Rossio, en Lisboa, muy bella, por cierto, utilizando mármoles de canteras de Novelda, Pinoso, Algueña y Monóvar. Nació la idea de un viaje de Soler y el arquitecto Francisco Muñoz a Lisboa. Vieron el suelo de esa plaza del Rossio y la adaptaron en Alicante con mármoles de canteras de la provincia.
Algunas veces se ha dicho que se inspiró en el mosaico del suelo del paseo marítimo de la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, pero eso quisieran, en todo caso fue al revés, porque cuando se hizo el de Alicante, el de Copacabana aún no se había hecho. Este es obra de Roberto Burle Max que realizó en 1970 “dibujando” en el suelo las olas del Atlántico. También una maravilla, doy fe, no se lo niego, lo vi en Copacabana hace unos años, nadie me lo ha contado.
Hay muchas postales donde la Explanada hace protagonistas a los transeúntes que pasan por ella. Se ven en ellas los fotógrafos que iban con sus artilugios a cuestas para hacer un retrato al aire libre, o los barquilleros, o las castañeras, o aquél que limpiaba los zapatos mientras cliente y operario conversaban y casi arreglaban el mundo.