ALICANTE. Ciudadanos (Cs) se estrella contra la realidad administrativa en su intento de promover cambios en la propuesta de ordenanza de convivencia cívica de Alicante que promueve junto a sus socios del Partido Popular (PP). Las enmiendas que había registrado por escrito el pasado 11 de noviembre, y que aspiraba a que se debatiesen en la comisión de este viernes como propuestas planteadas in voce, no llegaron a admitirse al no cumplir los requisitos formales para que pudiesen tenerse en consideración.
Así lo corroboró el presidente de la comisión, el edil de Coordinación de Proyectos, Toño Peral (PP), al confirmar que, en efecto, las propuestas de modificación se habían presentado de manera extemporánea. Y no por cuestión de días: nada más y nada menos que 13 meses después de que la propuesta quedase aprobada en Junta de Gobierno (en octubre de 2020) cuando el plazo establecido para hacerlo es de seis días. A esos tiempos se acogieron las cuatro fuerzas que ejercen funciones de oposición (PSOE, Unides Podem EU, Compromís y Vox) al presentar sus propias enmiendas (también rechazadas este viernes). Pero Cs, no lo hizo.
Lo cierto es que, pese a que sus concejales -en especial, la edil de Igualdad e Inmigración, María Conejero- anunciaron que promoverían modificaciones con el fin de que el texto no promoviese la persecución de mujeres obligadas a ejercer la prostitución, o a inmigrantes forzados a practicar la mendicidad, no llegaron a plasmar dichas aportaciones hasta este mes de noviembre.
El edil de Cultura y representante de Cs en la comisión de Presidencia, Antonio Manresa, tuvo que asumir, durante el desarrollo de la comisión, que las enmiendas de su grupo no podían debatirse. E incluso admitió "los errores propios o ajenos" que se hubiesen podido cometer en su tramitación. Entre ellos, el esencial, el retraso en su presentación; pero también, el hecho de que se hubiesen formulado por escrito (hasta el punto de haber sido informadas por los técnicos) cuando el objetivo era que pudiesen debatirse como propuestas in voce: una opción que, según fuentes de Cs, contaba con el aval jurídico necesario. Es más, en las filas del partido también se contaba con la expectativa de que esas modificaciones sumasen el respaldo de los grupos de la oposición.
Sin embargo, en la comisión no se cumplió ninguna de esas aspiraciones. El texto que acabó dictaminándose favorablemente -y que se someterá a votación en el pleno ordinario del próximo jueves, día 25- es el mismo que se aprobó en Junta de Gobierno hace un año. La propuesta contó con los votos de PP y de Cs, que mantuvo su respaldo al texto sin discusión ni enfrentamiento interno pese a que no se hubiesen tenido en cuenta sus aportaciones. Además, la ordenanza también sumó el apoyo de Vox: una condición necesaria (al menos, su abstención). En realidad, en ese respaldo resultó clave, precisamente, el hecho de que no se hubiesen contemplado las enmiendas de Cs, ya que el portavoz del partido de Santiago Abascal, Mario Ortolá, había avisado este miércoles que votaría en contra de la propuesta en el caso de que quedase suavizada o desnaturalizada.
Fuentes del partido de Arrimadas aseguran haber recabado la predisposición de la izquierda a aprobar sus aportaciones durante el trámite de aprobación definitiva de la ordenanza
¿En qué posición quedan ahora los cinco ediles del partido de Inés Arrimadas? Fuentes consultadas entre las filas de Cs aseguraron que las enmiendas acabarán incorporándose en el trámite de sugerencias y alegaciones posterior a su aprobación inicial en pleno. Según las mismas fuentes, las siete propuestas de modificación se reproducirán en ese trámite con la intención de que, esta vez, sí queden incorporadas a la ordenanza.
Ese sería, cuando menos, el compromiso que, según representantes de Cs, se habría adquirido por parte de sus socios de gobierno del PP. De este modo, el texto definitivo sí acabaría contemplando tales modificaciones, ya consensuadas entre ambas formaciones, según se venía sosteniendo desde este miércoles. Con todo, representantes del PP consultados por Alicante Plaza no garantizaron que se hubiese alcanzado tal acuerdo, ni que las enmiendas de Cs fuesen a añadirse tras la aprobación inicial mediante su presentación como alegaciones, lo que confirmaría la derrota política de Cs en su intento de modular la propuesta de sus socios. Eso sí, siempre que ese intento fuese real, y no una estrategia para simular ante la opinión pública la voluntad de introducir modificaciones a sabiendas de que no se incorporarían, como ya se ha llegado a especular entre la oposición.
En todo caso, en el supuesto de que PP y Cs sí admitiesen esas modificaciones como alegaciones, también quedaría por dilucidarse cuál podría ser la postura que podrían acabar adoptando los ediles de Vox. En principio, sus dos representantes podrían rechazar una ordenanza refundida en la que se hubiesen añadido las sugerencias de Cs. No obstante, en las filas del partido de Arrimadas incidieron en que el hipotético bloqueo de Vox no supondría un impedimento, puesto que habrían encontrado predisposición a apoyar su propuesta de cambios entre los representantes de los grupos que conforman el eje progresista -que se han venido oponiendo hasta ahora al texto original- al considerar razonables esas sugerencias, con el fin de mejorar la ordenanza definitiva.