MUTXAMEL. Mutxamel quiere potenciar su tejido económico. Para ello, se ha focalizado en una zona que requiere de mayor dinamismo comercial, Ravalet, y ha encargado un estudio a la consultora Coto Consulting para conocer las deficiencias del barrio, sus fortalezas y su potencial comercial. Se trata de un proyecto que el Ayuntamiento ideó en 2009 bajo el nombre de Plan de Acción Comercial, que contemplaba, entre otras, Gran Vía - Ravalet. "Es una zona muy amplia, por lo que hemos delimitado un eje al que entendemos que hay que dar una dinamización, como son las calles Elda y Alfonso XII", ha concretado el concejal de Fomento y Desarrollo Económico, Antonio Sola (Cs).
Entre la problemática, el edil destaca el estancamiento del comercio, pues "no ha seguido una trayectoria de modernidad, además que llevar 22 años implantados en la zona". La falta de mayor conexión entre esta zona y el casco urbano, la formación para aquellas personas interesadas en emprender un negocio o fomentar la habitabilidad en el barrio son algunas de las claves que Sola -respaldado por el estudio- señala como parte de la solución, además de ampliar el mix comercial, dando cabida al sector servicios, la hostelería, fomentando el producto artesano y los comercios de kilómetro cero.
El estudio se ha presentado durante el jueves 4 de noviembre en el Centro Social José Bernabéu Alberola, en un acto al que han asistido, además del concejal de Fomento y Desarrollo Económico, el alcalde de Mutxamel, Sebastián Cañadas, y el gerente de Coto Consulting, Pedro Reig, quien ha desgranado las conclusiones del estudio que comenzó en agosto. Las propuestas que se extraen pretenden dinamizar el tejido comercial, dar accesibilidad, fomentar el ahorro energético, mejorar el tratamiento de los residuos y aumentar el confort ambiental del barrio.
"Ravalet y Gran vía son zonas realmente distintas", ha empezado diferenciando el responsable de la consultora. Y ha añadido que "Gran Vía conecta con el centro urbano, es una vía de acceso principal con presencia de actividad comercial y supermercados. Nos hemos focalizado en Ravalet para convertirlo en un espacio urbano confortable, ameno, dinámico y vertebrado con el municipio desde el punto de vista del comercio, de la actividad económica". Para ello, el estudio se ha dividido en tres partes: la técnica, las encuestas a comerciantes y las encuestas a usuarios/residentes de la zona.
Para comprender la realidad del barrio, Reig ha dado unas pequeñas pinceladas, explicando que habitan sobre 3.000 personas mayores de 16 años, que la población de la zona sigue la tendencia del envejecimiento, pero que la proporción de población infantil es algo superior comparada con el resto de Mutxamel. Además, hay una baja densidad residencial (número de habitantes por km2) fruto del estilo constructivo de bajas alturas y cierta desertificación del comercio, lo que se traduce en poca continuidad comercial, si bien existen locomotoras, como el Mercadona de Gran Vía y mucha presencia de comercio de proximidad.
En esta línea, el ejecutor del estudio ha apuntado que de los 101 locales que se pueden encontrar en la zona, 53 están cerrados. Es decir, solo 48 locales tienen actividad comercial. "La mitad son comercio minorista, mientras que el 22% se dedica a la hostelería y el 27% a servicios (peluquerías, agencias de viajes...). El comercio que se encuentra es de bienes diarios, o sea, pequeño comercio de alimentación. Desde este punto de vista es difícil generar atracción de demanda de fuera", ha apuntado.
La encuesta a los comercios arroja que la actividad media es de 22 años y la mayoría son autónomos, con una superficie pequeña (entre 20 y 50 metros cuadrados de local); se dispone de aire acondicionado, datáfono y, algunos, wifi y pedidos telefónicos y el 80% asegura que ha realizado algún tipo de reforma en los últimos cinco años. Los datos preocupantes están relacionados con el poco avance de la digitalización, pues "el 90% no dispone de opción de compra online y más del 53% no realiza ninguna acción promocional o publicitaria".
En cuanto a la encuesta de residentes, se evidencia que los bienes diarios, alimentación, droguería e higiene se compran con mucha frecuencia (94%), mientras que el equipamiento del hogar, personal y ocasional se prefiere comprar en otros municipios, "sobre todo las edades de menos de 50 años", ha matizado. De hecho, más del 50% de las personas encuestadas compran moda, electrodomésticos, electrónica y hogar fuera de Mutxamel y el 63% compra algún producto vía online.
Del estudio se extrae la necesidad de buscar tipologías comerciales vinculadas con la identidad mutxamelera y que puedan aportar un valor diferencial. En esta línea, se subrayan los productos artesanos y de kilómetro cero para generar atractivo. Para ello, es necesaria la formación y la orientación municipal para quienes quieran emprender y se empiece a andar hacia cierto nivel de especialización. La idea que Reig ha expuesto para introducir esta característica de forma orgánica es "empezar por organizar un mercado mensual o quincenal de artesanía y agricultores de la zona. Esto puede ser un paso previo a que vengan emprendedores para especializar la zona".
Líneas de subvenciones a emprendedores y ayudas al alquiler son dos acciones económicas que también podrían ser beneficiosas para dinamizar el comercio del Ravalet, además de fomentar el asociacionismo para mayor facilidad de interlocución y que el barrio se organice. Y para dar vida a aquellos locales que están cerrados, Reig ha propuesto un programa de 'escaparate activo', donde los comercios que ya existen en la zona montan escaparates de sus productos en los escaparates vacíos.
Por su parte, el estudio sugiere mejorar la accesibilidad rodada al barrio, invirtiendo el sentido de circulación de la calle Alfonso XII, creando más plazas de aparcamiento y dando prioridad al peatón. Y recomienda incorporar contenedores de reciclaje, homogeneizar el alumbrado, conectar el Ravalet con el resto del casco urbano e introducir mobiliario urbano (como bancos) y arbolado.