ALICANTE. Quique Hernández ya ha superado los cien días en el cargo, pero el séptimo presidente de la era Ortiz y el tercero en el último año rebasa la citada barrera temporal sin lograr que la nave blanquiazul corrija su errático rumbo.
Vaya por delante que al que también fuera entrenador del equipo no se le puede responsabilizar del enésimo fracaso deportivo y menos de que no se cumpla, entre otros, con la Agencia Tributaria y el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), pero sí de no haber logrado arrancar de Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez en los más de tres meses que lleva ejerciendo sus funciones una mejor propuesta para el fisco que el pago aplazado en cuatro años de los cuatro millones que se le adeudan, sin entradas ni garantías, y tampoco haber trasladado al banco del Consell el cacareado plan para afrontar de manera fraccionada el abono de los siete millones que le reclama al Hércules la Comisión Europea y que este lunes en València seguían esperando para hacerlo seguir a Bruselas.
Como viene contando Alicante Plaza, en el IVF exigen que esa propuesta de cumplimiento en diferido de la decisión de recuperación vaya acompañada de garantías, conscientes de que si ya es difícil que la Comisión vaya a aceptar un pago que no sea inmediato y efectivo, menos lo hará si se le propone algo distinto y sin un mínimo de garantías de cumplimiento.
En la misma línea, la ausencia de garantías y la falta de un primer pago a la firma, se enmarca el cantado fracaso de la propuesta de fraccionamiento que el club blanquiazul hizo llegar hace diez días a la Delegación Central de Grandes Contribuyentes de la Agencia Tributaria: la "oferta" no solo es peor que la que se hacía hace un año (entonces se ofrecía al fisco el pago de dos millones a la firma y el aplazado del resto respaldado por garantías, cuando ahora no se ofrece nada a la firma y tampoco garantías), es que se ha tomado casi como una burla en las dependencias de Hacienda en el madrileño paseo de la Castellana. De ahí que no sea de extrañar no solo que no se reciba una respuesta al respecto, aunque sea para desestimarla (el fisco no está obligado a contestar y no sería la primera vez que calla en relación al Hércules), tampoco que se fije una fecha para la celebración de la reunión solicitada en marzo por el club, una vez tuvo conocimiento de la sustitución al frente de la dirección de Recaudación de Soledad García por Guillermo Barros. Este movimiento fue interpretado por el Hércules como una oportunidad para tratar de encauzar la situación, si bien antes de solicitar cita con el que hasta hace poco era máximo responsable en Castilla y León del fisco, se giró visita a la Delegación Especial de València donde el club del Rico Pérez también es un viejo conocido pero acostumbra a recibir un trato más cordial y desde la que se le remitió a la citada Delegación Central de Grandes Contribuyentes, pues la negociación y firma de un nuevo convenio singular sigue dependiendo de Madrid.
Cara más amable
Quique Hernández representa una cara más amable que la de su antecesor, un Juan Carlos Ramírez cuyo enfrentamiento con Soledad García fue sonado, e incluso ha tenido varios gestos de corte social que han sido muy bien recibidos por el aficionado blanquiazul, pero la realidad es que todavía no ha podido estrenar su firma delegada, no ya estampándola en el contrato de un nuevo entrenador, tampoco en documentos que resuelvan los anteriores entuertos.
Además, como él mismo había anunciado (y los representantes legales del club habían aconsejado) se recurrió ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea la desestimación de la suspensión cautelar de la ejecución de la decisión de recuperación, pero dicha apelación se produjo casi un mes más tarde de cuando el hoy máximo mandatario blanquiazul preveía.