ALICANTE. "Muy especial, distinta a lo que estábamos acostumbrados", decía el jefe de los servicios médicos del Elche, César Quesada, que es la 'pretemporada de primavera' que está llevando a cabo el equipo.
Si los jugadores y cuerpo técnico ya tuvieron que trabajar en aislamiento y cumplir toda una serie de directrices durante más de 60 días, ahora todos ellos y la estructura de la entidad con implicación directa en el día a día ha de adaptarse también "a las exigencias" del ya famoso protocolo de vuelta a los entrenamientos de la Liga de Fútbol Profesional.
Quesada no solo aseguraba que las rígidas medidas del mismo están siendo aceptadas "en el 99% de los casos", es que ponía el acento en que "animan más al jugador" porque "se motiva más, hay mayor exigencia e intensidad en la sesiones de trabajo". Esto último tiene un riesgo que no es otro que el de las lesiones, de hecho el médico franjiverde señalaba este miércoles a las molestias musculares y, si bien puntualizaba que también ocurren en la pretemporada de verano, destacaba que se vigila muy de cerca la recuperación de los jugadores. Por cierto, no solo a nivel muscular, ante las temperaturas que ya tenemos también se controla que no haya cuadros de deshidratación.
"La programación de los entrenamientos está hecha en ese sentido, para minimizar riesgos y aumentar progresivamente la intensidad; los jugadores se van adaptando a las cargas", decía el galeno del Elche que desvelaba que las pruebas a todos los niveles que se realizan periódicamente a los jugadores arrojan resultados "satisfactorios" y que todos ellos habían regresado "muy bien" de la etapa de confinamiento.
Por último, Quesaba enviaba un mensaje a la población en general: "Aquí se cumple a rajatabla el protocolo pero fuera de los muros del estadio tenemos que se conscientes de que la situación no está controlada, que va a seguir habiendo infecciones y es una responsabilidad de todos que, dentro de nuestra libertad, nos protejamos".