ALICANTE. Pablo Casado ha aterrizado este domingo en Alicante con el objetivo de centrar su discurso y de marcar distancia con algunos estigmas que le atribuyen, o algunas declaraciones realizadas meses atrás, en el contexto de la conformación del gobierno de Andalucía, que ahora parece matizar. Casado ha defendido el estado de las autonomías, y el papel de las comunidades autonómicas, siempre que aporten a España unidad y cohesión. Y también parece haber rebajado su posición sobre la posibilidad de introducir cambios (más restrictivos) en la Ley del Aborto. Como él mismo ha asegurado este domingo en Alicante, prefiere "mirar en positivo". Eso sí, a cambio, el líder del PP ha presentado algunos trazos de los que será la nueva Ley de Lenguas, que se aplicaría en caso de que Casado acceda a la Moncloa: y en esa normativa, el castellano sería la lengua vehicular y obligatoria (o dominante) en determinados campos, como la educación, la administración, las oposiciones y la señalización urbana. A su juicio, esta ley garantiza la igualdad de oportunidades y la movilidad de los funcionarios. Las lenguas cooficiales, según este criterio, serían un mérito.
"España no se entendería sin las comunidades autónomas", ha dicho Casado, en un claro gesto hacia la Comunitat Valenciana. O en un intento de regionalizar su discurso, considerado muy centralista desde algunas facciones del PP. "Las autonomías mantienen tradiciones, aportan identidad", ha dicho Casado, quien ha ensalzado el papel realizado por algunas autonomías cuando la crisis era más dura. En muchos casos, siempre cita a Galicia como ejemplo. También ha destacado la labor de las diputaciones en la reducción de la deuda y el mantenimiento de los servicios en los municipios pequeños.
Pero en contraprestación, ha fijado cuál será la posición del partido en materia lingügística. Más allá de defender la libertad educativa, ha abogado por una Ley de Lenguas en la que el castellano sería la lengua vehicular en educación, junto a la cooficial; el castellano en la administración, para que nadie pueda "ser multado si no es en castellano"; y que las oposiciones públicas se desarrollen en castellano, mientras "la lengua cooficial será un mérito". Asimismo, ha planteado que "sin contraponer a nadie", la señalización urbana e interurbana debería estar en castellano junto a las cooficiales. "No podemos perder el uso de una lengua tan rica porque es la más hablada del mundo; no puede sufrir una discriminación", ha afirmado.
Pero Casado ha basado su discurso en las propuestas del PP de cara a las generales, donde también un perfil más moderado que en otras ocasiones. Para Casado, "nadie" puede dar lecciones al PP sobre política de familia porque "siempre" que hay una familia, "entre personas que se quieren, ahí ha estado el PP para apoyarles, estar a su lado y para abordar una realidad que nadie lo hace".
Así, ha desgranado la política del PP para luchar contra la despoblación y evitar el "declinar del país". Así, ha recordado que el sábado, en Cartagena, se presentó la ley de Apoyo en la Maternidad, sin entrar "en la vida de las familias, ni la moralidad", y por ello, "cualquier mujer que quiera ser madre va a tener al PP para lograr a cumplir ese sueño". Es decir, mirando siempre en positivo.
Frente a partidos "sectarios", Casado ha defendido que propone "el futuro" ante una tasa de natalidad del 1,3 y la tasa de longevidad "más avanzada" del mundo. Ha propuesto "hacer una política en positivo" hacia las 400.000 familias que tienen hijos al año y para que las 100.000 mujeres que deciden interrumpir sus embarazos cada año tengan toda la información y todo el apoyo y se ha referido al trabajo que desarrolla 'red madre'. Además, ha hablado de visibilizar a la familia, a los mayores y a los enfermos. "El estado del bienestar no está para las redes
En esa línea, ha apuntado que el 80% de los jóvenes de 20 a 29 años quieren ser padres y no pueden y ha dicho que el Partido Popular propone ayudas al empleo para seguir "con el segundo milagro de empleo", y ha mantenido que el gobierno de José María Aznar creó 5 millones de puestos de trabajo y el de Mariano Rajoy, otros 3 millones.
Ante ello, ha cifrado en 60.000 las mujeres que han salido del mercado de trabajo con Pedro Sánchez, y en 80.000 el número de parado que han aumentado. Por ello, ha apostado por la Reforma Laboral y por dar "prevalencia" al convenio de empresa para que los trabajadores negocien directamente con sus empresas.
En materia de fiscalidad, ha hablado de una "revolución fiscal" que pasaría por dejar el IRPF por debajo del 40% y el impuesto de sociedades por debajo del 20%; dos medidas que acompañaría con la supresión de los impuestos de sucesiones, patrimonio y los actos jurídicos documentados.
Medidas que el PP acompañaría con el desarrollo del teletrabajo; dar garantías a los arrendatarios que pongan sus viviendas en alquiler y ayudas a la adopción y apoyo a los jubilados, donde la pensión ha crecido 16%.
Casado reivindica su legado estos casi cuatro años y expresa su lealtad en esta nueva etapa a Feijóo, al que desea "mucho acierto"