ALCOY. A Jordi Juliá le ha llegado la hora de jubilación, en realidad la ha superado en un año, y con ello Casa Mati prevé cerrar sus puertas durante el mes de noviembre para dejar atrás un negocio que subió la persiana en 1969 y que ha perdurado hasta ahora, cuando sigue siendo rentable. “Ojalá pudiera traspasarlo y que Casa Mati siguiera adelante. Hemos intentado algún traspaso y no ha sido posible, pero ojalá alguien estuviera interesado. Mi ilusión sería que continuara, especialmente por mis padres”, señala su propietario.
Los padres de Jordi Juliá, Eugenio y Mati, abrieron este establecimiento especializado en menaje y artículos para el hogar hace 55 años y pensando en sus tres hijos, que llegaron a estar trabajando en él hasta que finalmente fue Jordi quien quedó al frente, y con 14 años ya estaba en la tienda, por lo que conoce el oficio a la perfección. De la Placeta de la Creu Roja a dos ubicaciones en la calle Sant Francesc, donde sigue, han acogido a este establecimiento, “un negocio que ha cambiado mucho, pues de 30 metros hemos pasado a 200 metros”.
Y no solo ha experimentado cambios en cuando a espacio, sino también en lo que ofrece: “hemos sido pioneros en traer marcas nuevas, productos que difícilmente se pueden encontrar si no es una capital, y esto lo hemos combinado con los de toda la vida. Hemos unido el mercado tradicional con el que demanda lo último, el que quiere un producto que no está en las estanterías de manera habitual. En Casa Mati hemos trabajado para poder ofrecerlo y aunque hayamos vendido uno cada seis meses, ese cliente lo ha encontrado aquí”. Al hilo de esto, Jordi Juliá asegura que “si alguien busca un producto muy concreto y lo encuentra, tienes un cliente para toda la vida”.
En un vistazo rápido cuenta más de 12.000 referencias en el establecimiento, “que se encuentra a pleno rendimiento y con una buena clientela, lo que es muy importante a la hora de un traspaso”. Si se cumple la previsión actual, en aproximadamente un mes cerrará sus puertas y quedará atrás una vida unida a este sector que no tiene edad, puesto que mientras conversamos una joven estudiante adquiere unos moldes de silicona y de vivos colores para elaborar magdalenas.
Internet, grandes superficies, tiendas multiprecio y ferreterías han pasado a ser, de un tiempo a esta parte, puntos de venta en los que encontrar menaje y artículos para el hogar, aunque como explica Jordi, “no todos cuentan con la variedad que hay en un establecimiento dedicado a ello, como es este caso”, donde además facilitan todo el asesoramiento al cliente para que elija aquello que mejor se adapta a sus necesidades, bien sea una sartén, unas copas, una bolsa térmica o rayadores americanos y todo tipo de pequeños electrodomésticos para convertir la cocina en una fiesta. Pero en todos estos años, también se ha topado con quien mira, pregunta, se asesora y después lo compra por internet, “sí, de estos casos tenemos, pero qué vamos a hacer. Eso es así, hoy en día, en todo tipo de comercios”.
Las tres ubicaciones que han acogido a Casa Mati se encuentran muy cerca, en pleno Centro de la ciudad, “siempre hemos apostado por este barrio, soy un enamorado del Centro. Actualmente, el hecho de tener el Campus de Alcoy de la UPV en este barrio, muy cerca de las calles principales, le ha dado mucha vida, pues muchos estudiantes eligen el Centro para residir, como también tengo que decir que tenemos más turismo del que podemos pensar. Además, comercios y hostelería luchamos para dar un buen servicio”. A lo largo de estas más de cinco décadas ha visto cambiar el Centro, ha sido testigo de las diferentes obras, de todos los ir y venir del barrio, pero siempre ha tenido claro que Casa Mati tenía que estar ahí, en el corazón de la ciudad.
Hace aproximadamente un año empezó un proceso de liquidación con la vista puesta en poder formalizar un traspaso, pero al no producirse y con 66 años recién cumplidos, este lunes inicia un remate final con importantes descuentos, “cuando cerremos, en muchos kilómetros no habrá una tienda tan especializada en menaje para el hogar”. Ahora, Jordi Juliá agrade el apoyo de sus clientes durante todos estos años, muchos de ellos convertidos ya en amigos, y se prepara para abrir una nueva etapa en su vida, sin más menaje que el de su propia cocina.