El presidente de la Generalitat Carlos Mazón cobra poco, o muy poco, en comparación con otros cargos públicos, presidentes de empresas públicas, presidentes de diputaciones, un buen puñado de alcaldillos de ciudades intermedias y de pueblos, una legión de asesores donde medran no pocos mediocres o vagos redomados.....Mazón percibe casi 78.000 euros al año y los consellers poco más de 66.000. La alcaldesa de València, María José Catalá nos sale a 88.000 euros (Rita Barberá llegó a más de 100.000 hace ocho años, y Joan Ribó estuvo entre medias). Mazón trabaja mucho, muchísimo; quiere estar en todo y aspira a ser el presidente más cálido de todos los que han pasado por el Palau de la Generalitat. Me vienen estas reflexiones al leer los emolumentos que el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, va a asignar a altos cargos sanitarios (89.5000 euros): nada que objetar siempre que se prime la excelencia además de la sintonía política. Nunca al revés.
Y el alcalde de Náquera, Ivan Expósito (Vox) se lleva al buche 45.000 euros en un municipio que no llega a los 8.000 habitantes. Expósito: ávida dollars. No hay más que empezar a hacer reglas de tres para comprobar algunas desproporciones. Si Mazón rige los destinos, es un decir, de los 5,3 millones de la Comunitat con un sueldo de 78.000, Náquera con 8.000 y pongan la x correspondiente. Llegaremos a la conclusión de que el jefe del Consell cobra una miseria al lado de Expósito. Yo me ocupo de la demagogia y de poner un nota de humor en este corral caótico. En la Vega Baja de Alicante hay regidores que cobran emolumentos francamente escandalosos. Siempre ha llevado fama la comarca del sur por tirar con pólvora de rey, además de regidores en puticlubles 'caretes' a costa del erario: creo que eso ya no se da. Los puteros, afortunadamente, se encuentran estigmatizados.
La política hay que pagarla bien para que sea apetecible a las personas más cualificadas: principio básico de la meritocracia. Y evitar en lo posible el acceso de arribistas que se lucran con el puesto o bien porque antes no tenían nada o casi nada, o bien porque llevan en política toda su vida, cosa que se da bastante en las administraciones locales y en el planetario que conforman los puestos de libre designación (donde abundan incluso los inútiles; doy fe). El alcalde de Alicante, el popular Luis Barcala, está en camino de designar directores generales tal y como se contempla en la Ley de Grandes Ciudades: con unos sueldos que pueden llegar a los 82.000 euros. La próxima semana se ratificará la primera tanda, incluido su jefe de gabinete. 82.000 es bastante más que el jefe del Consell. No lo veo salvo excepciones (la redacción de un nuevo Plan General que va más lenta que las obras de la Sagrada Familia de Gaudí). El alcalde de Elche, el también popular Pablo Ruz, acaba de impulsar un nuevo reglamento de funcionamiento del pleno donde se contempla un plus de 800 euros para el presidente del pleno y otro un poco menos cuantioso para el portavoz del equipo de Gobierno...No sé. No acabo de entenderlo. Y mira que le he dado vueltas.
En España hay varias revoluciones pendientes: una de ellas es la de homologar en todo el territorio los sueldos públicos de parlamentos autonómicos, ayuntamientos, diputaciones y cabildos insulares. Sueldos, dietas y alguna que otra prebenda. Un asunto imposible, lo sé, en un Estado cada vez más asimétrico, más flojo, más líquido....
Núñez Feijóo , Feijoy como dice J.C. De Manuel, acaba de bendecir como secretaria del grupo del PP en el Congreso a la alicantina Macarena Montesinos. Iba a poner lo de veterana pero no: estoy harto del veteranismo, palabro que se usa como arma de doble filo. Macarena, como todo el mundo sabe, es de la absoluta confianza de Carlos Mazón: relación que viene de antaño como dos de los grandes puntales que tuvo, entre otros, Eduardo Zaplana. Eso los vinculó mucho, sobre todo en los tiempos adversos en los que Francisco Camps estigmatizó a todo lo que oliera a su antecesor (el conseller de Educación José Antonio Rovira fue una rara excepción al mantenerse unos años como director general). Macarena es combativa y persistente, y el ojo preciso que requiere Mazón en Madrid frente a las cuotas y tiburones que ha colocado Isabel Díaz Ayuso (Isabel Primera de España y Quinta de Alemania), tanto en el nuevo organigrama del PP. Ayuso y otros.
Pero la noticia en los medios nacionales nacionales no ha sido doña Montesinos sino la repesca Cayetana Álvarez de Toledo, exótica aristócrata con acento argentino, intelectual liberal, escribidora brillante y bicha de un sector 'bienpensante' del PP; bichísima de toda la izquierda. Látigo del nacionalismo independentista y fundadora de la Plataforma Libres e Iguales. Para compensar, Feijóo ha consolidado la posición de Borja Sémper, templado y moderno, como portavoz nacional del partido. El yin y el yang, algo de lo que carece el PSOE, cada vez más monolítico, tanto en el Gobierno como en el partido. Y Elías Bendodo se ha quedado en el limbo....
