ELCHE. El domingo Elche se viste de guitarra acústica, canciones de lamerse las heridas, de autoafirmación y, sobre todo, de poderío femenino. Lidia Damunt llega a L’Escorxador para presentar su último trabajo, Telepatía (2016), un álbum repleto de metáforas, de raigambre country folk pero con ese espíritu riot grrrl. Porque a pesar de que la murciana sólo va armada de guitarra —ya sea eléctrica o acústica— y armónica, la temática de muchas de sus canciones versan sobre los mismos temas de ese movimiento que a principios de los 90s demostró que el rock no era sólo un terreno para la testosterona. El empoderamiento, la sexualidad, la situación de la mujer dentro del patriarcado y esa gran personalidad, propia de grandísimas como Pj Harvey, hacen de Damunt y de Telepatía una solista española como las hay pocas en nuestro país.
Y por supuesto, a pesar de empuñar una acústica, en esos acordes hay mucho más rock de lo que parece. Si algunos temas como es el caso de ‘Como La Miel’ fueran pasadas enteras por el filtro eléctrico tendrían un aspecto tan imponente como las mejores canciones de otras referentes como Julie Dorion. Y sin embargo, no es necesario, porque su cambio de registro vocal y los pequeños latigazos con los arreglos sonoros son suficientes para erizar la piel y proyectar hacia el público toda la fuerza que subyace bajo esa apariencia de delicadeza que prejuiciosamente concedemos a los y las artistas que actúan en solitario.
Telepatía es su quinto álbum y recoge lo mejor de su obra. Aparte de tener mejores historias y letras que el resto de sus anteriores trabajos, recoge la instrumentación y los arreglos de Vigila el Fuego (2012) además de la frescura, la intimidad y el descaro de su debut. Si juntamos todos esos factores, ahora potenciados en Telepatía, donde se erige —aún más— con la personalidad que exhibe en temas como ‘La Caja’ con el sonido diáfano que ofrece L’Escorxador, el resultado puede ser un concierto de los de acabar aplaudiendo en pie y pidiendo otra y otra hasta que cierren las instalaciones. Una cançoneta i mon anem!
Lidia nos muestra las diferentes manifestaciones que puede tener el punk, entendido como esa actitud contestataria más que por los tempos kamikazes y sus barridos frenéticos. Su actitud, su forma de posicionarse en la industria musical y en el mundo, desde los sellos independientes o la autoproducción y con canciones que hablan de violencia, de cuerpo, de relaciones y de liberación, es, sin duda, punk.
Cómo no, otra de las grandes citas que vienen bajo la manga de Un Fulgor de Moda Antónima, encargados de dinamizar musicalmente la provincia. Una apuesta decidida por la calidad, pero también la diversidad; mientras que el domingo llevan a Lidia Damunt a Elche, harán lo propio con Siniestro Total en Alicante el sábado. Y hablando de Siniestro y el gran Germán Coppini con Golpes Bajos, quizá hoy no serían tan malos días para la lírica. Por gente que organiza estos saraos tan interesantes y por capítulos tan básicos para una vida como las letras de Lidia.