ALICANTE (EFE). La dimisión este jueves de Quique Hernández como presidente del Hércules es la cuarta que sufre la entidad alicantina en tres años de la figura que ostenta su máxima representación institucional del club.
Hernández, que apenas llevaba en el cargo cuatro meses, dimitió por segunda vez como presidente del Hércules solo dos años después de su anterior salida, ya que también abandonó el cargo en octubre de 2018 tras permanecer ocho meses en la presidencia.
El bucle de dimisiones lo inició Carlos Parodi, quien en 2017 dejó la presidencia tras cuatro años, a Juan Carlos Ramírez, uno de los principales accionistas de la entidad.
Ramírez la abandonó por motivos personales en febrero de 2018 y su puesto lo ocupó Quique Hernández, quien dimitió en octubre de ese mismo año por discrepancias con el consejo de administración.
De nuevo, Carlos Parodi fue el encargado de asumir la presidencia hasta que fue relevado del cargo este enero por Hernández en plena crisis deportiva, social e institucional.
La dimisión del presidente valenciano, quien previamente fue el entrenador con más partidos dirigidos al Hércules en su historia, ha provocado una nueva crisis institucional y confirma los problemas de Ramírez y Enrique Ortiz, accionista mayoritario, para encontrar compañeros de viaje en su nuevo proyecto deportivo.