ALICANTE. Pocos están contentos con el día y hora escogido para la celebración del LVIII Festa d'Elx.
Lo anterior debería sorprender a pocos y es que no es un tema que se caracterice tradicionalmente por ser pacífico, toda vez que la celebración de este trofeo futbolístico de tanta solera coincide con días tan especiales para Elche como son los de sus fiestas patronales.
En esta ocasión se ha fijado para el 13 de agosto a las 19:45 horas, es decir, en el día grande de las fiestas y a solo unas horas de la celebración de la Nit de l'Albà, la disputa del encuentro que enfrentará al Elche con el Levante.
Si ya el lunes, nada más darse a conocer la anterior decisión, el franjiverdismo empezó a expresar su oposición (con una beligerancia que recuerda a la desplegada en 2010, cuando el club tuvo la ocurrencia de invitar a un Hércules recién ascendido a Primera División y envuelto en un escándalo por una presunta compra de partidos), este martes era el propio alcalde de la ciudad, un Carlos González que no se caracteriza precisamente por su sintonía con el consejo de administración quien mostraba su enfado. El primer edil ilicitano aseguraba que no se ha consensuado con el consistorio ni el día ni la hora y apuntaba que puede haber hasta problemas de seguridad, al coincidir el choque con el operativo de la Nit de l'Albà.
El presidente del Elche, Diego García, justificaba la decisión tomada sobre la base de que el Levante, al que se refería como "un equipo que nos quiere ayudar", no tenía otra fecha disponible, al tiempo que destacaba que "el partido se disputa a un horario temprano para que la gente pueda llegar a tiempo a sus casas".