Bragarnik tiene hasta el viernes la posibilidad de hacer un Elche competitivo o uno del montón

ELCHE. Pese a volver a perder, el Elche de Eder Sarabia mejoró el domingo con respecto a la jornada inaugural. 

Solo hay que fijarse en la cantidad de pases en campo propio y rival que dio el equipo en comparación con el partido contra el Huesca: en la primera jornada, los franjiverdes dieron más pases en su campo (339) que en el campo de los azulgranas (238), algo que es sinónimo de un juego plano y refleja incapacidad para superar líneas de presión. Sin embargo, frente al Albacete fueron capaces de darle la vuelta a esa estadística con 424 pases en campo rival y 325 en campo propio. 

Aunque lo anterior no basta para sostener el mensaje de que el Elche mereció ganar el encuentro, si cruzamos ese dato con el 76% de posesión que alcanzaron los franjiverdes sí sirve para argumentar que en el Carlos Belmonte estuvieron más cerca del gol.

Necesidades

Además de desplegar una acertada presión tras pérdida, los de Sarabia mejoraron en la circulación de balón y generaron más ocasiones que ante al Huesca, pero no les fue suficiente para ganar. Es más, si seguimos analizando fríamente el partido llegamos a la conclusión de que el Albacete tuvo casi las mismas ocasiones claras que el Elche: cuanto más tiempo tienes el balón menos lo tiene el rival para generarte ocasiones, pero el modelo de Sarabia hace a sus equipos muy previsibles y ya vimos lo que ocurre con las pérdidas y las transiciones del rival. 

Ahora bien, el entrenador bilbaíno no ha engañado a nadie, su filosofía de fútbol es la que es y Christian Bragarnik ha de proporcionarle las herramientas que le permitan desarrollarla. 

Podemos hablar de refuerzos, pero son más necesidades: si volvemos al encuentro contra el Albacete, Sarabia situó de nuevo a Febas y 'Nico' Castro como pivotes y esta vez a Óscar Plano de extremo derecho; lo hizo pese a que son posiciones en las que pierden buena parte de su potencial y ante las dudas que le ofrecen 'Cris' Salvador y Rafa Núñez. Y si a lo anterior le sumamos las no pocas bajas por lesión con que tuvo que lidiar...

El Elche necesita incorporar un central, un pivote, un extremo y un delantero. Bragarnik tiene hasta el viernes por la noche para hacerlo y confiar en que con ello el Elche pase de ser un equipo del montón a uno competitivo. Para que ocurra lo primero tendrán que llegar esos necesarios fichajes y, por ejemplo, ofrezcer el rendimiento que ofreció Yago Santigo durante la primera mitad del partido del Carlos Belmonte: el vigués fue el principal activo en ataque, mostrándose letal en el uno contra uno. El problema es que cuando se le acabó la gasolina (viene de una Liga de filiales, donde el ritmo no es tan alto), el Elche se apagó y como Sarabia carece de alternativas apropiadas, el equipo no volvió a ser el mismo.