ALICANTE (EFE). El fichaje de Borja Martínez, ex jugador del Elche, por el Hércules es el cuarto caso en las últimas décadas en el que un jugador de uno de los dos máximos rivales de la provincia de Alicante regresa a la entidad de origen tras una etapa en el gran rival.
El ejemplo de Borja, formado en la cantera del Hércules durante diez años y con el que llegó a debutar en Segunda, es similar al del central Samuel Llorca, todavía en activo, quien tras militar en el fútbol base alicantino fichó por el Elche para volver en 2011 al Rico Pérez.
Otro caso parecido, aunque no se trataba de un canterano, lo protagonizó recientemente el cordobés Javi Flores, quien tras militar en el Elche durante dos temporadas (2012/13 y 2013/14) pasó posteriormente, tras escala en Murcia, al Hércules, club que abandonó en 2017 para regresar al club ilicitano dos años más.
Más atrás en el tiempo, el lateral sevillano Juan Luis Redondo vivió también esta situación. Jugó en el Hércules en la temporada 1997/98 para firmar por el Elche tres años en la en la 1999/00. En la 2005/06 regresó al equipo alicantino para jugar dos cursos más.
En su caso, a diferencia de los anteriores, hubo clubes intermedios antes de llegar a los dos grandes rivales deportivos de la provincia de Alicante.
Ese viaje de ida y vuelta con escala en el eterno rival también lo experimentó recientemente el entrenador Vicente Mir o más atrás en el tiempo el argentino Felipe Mesones en dos ocasiones.
En los últimos tiempos se ha normalizado el trasvase de jugadores de un equipo a otro, aunque a lo largo de la historia no ha sido tan frecuente que se haga de forma directa, sino tras pasar por un equipo intermedio.
Javi Flores, que pasó del Hércules al Elche, o Benja Martínez, fichado el pasado mercado de invierno, Diego Benito y Lolo Ortiz sí rompieron la tendencia y cambiaron directamente de equipo, en estos tres últimos casos del ilicitano al alicantino.