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LA PRIMERA AÑADA, dentro de tres años 

Bodegas Mendoza alquila la finca 'Abargues' de Llíber para producir la variedad 'giró' de alta gama 

22/10/2018 - 

XALÓ. En ocasiones, apostar por lo autóctono es jugar a ganar, y la creación de vinos especiales pasa por recuperar variedades de baja producción que aporten un aspecto único al paladar. Un ‘win-win’ para la bodega y también para la historia de esa uva, a la que se le brinda una oportunidad para ser más (re)conocida.

Una visión que parece compartir Pepe Mendoza, director técnico de las Bodegas Enrique Mendoza, quien acaba de formalizar un acuerdo de alquiler por 25 años de la finca Abargues, con 9 hectáreas de la variedad giró en pleno Pla de Llíber (La Marina Alta).Esta viña es un tesoro, la mayor que existe de giró en la zona”, explica Mendoza, momentos antes de iniciar una cata popular en la vecina población de Xaló, por título Del Vinalopó a La Marina, els nostres vins.

Del Vinalopó, concretamente de Villena, proceden ya dos éxitos monovarietales de Enrique Mendoza: los monastrell Las Quebradas y Estrecho, con puntuaciones de 95 por parte del gurú estadounidense Robert Parker, o los 94 y 95 puntos otorgados en la Guía Peñín. “Viendo estas viñas de giró, creo que se puede conseguir elaborar un vino top”, señala Pepe Mendoza, remarcando que en Llíber espera producir un vino “de gama alta, altísima”, entre “1.000 y 2.000 botellas de un vino natural, sin tanta intervención, y que respete mucho la ecología”. Además, habrá espacio para “unas 15.000 botellas del joven” y también de monovarietal de moscatel.

Y es que en la finca Abargues también hay presencia de cepas de moscatel, más conocida por los lares, si bien la apuesta va claramente dirigida a la giró, “con cepas del 40 y del 50 que tienen muchas posibilidades de mostrarse de forma única”, a través de un vino “marcadamente mediterráneo, que recoja los aromas de este valle: el romero, la garriga y estas arcillas rojas tan bonitas de estas tierras”, ya conocidas por este viticultor, pues Enrique Mendoza posee ya la producción de viñedos menores en Benissa, Teulada o Xaló.

El proyecto de Abargues, en los que la bodega con sede en Alfàs del Pi se establecerá durante los próximos 25 años, viene marcado por un carácter “respetuoso y humilde, en el que mantendremos y cuidaremos las cepas ya existentes, que son viejas y cada una produce un kilo de uva”, subraya el bodeguero. Mendoza atestigua que se trata de “un reto personal” en el que “planteamos una mirada más afrancesada, de pequeño viticultor donde la poda, labrar y todo el proceso será hecho por mí directamente”.

El buque insignia de esta futura producción estará listo dentro de tres años mientras que el giró joven llegará en marzo de 2019.

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