ALICANTE. La relación entre el Ayuntamiento de Alicante y la Autoridad Portuaria (APA) pasa de la polémica a la alianza, tras la controversia suscitada en relación a la oficina turística del Consell en la plaza de Levante y los usos permitidos en suelo portuario. Superado ese debate, las dos administraciones se conjuraron el martes, en una reunión técnica convocada a instancias de la Concejalía de Urbanismo, para trabajar de manera coordinada en la modificación puntual del Plan Especial del Puerto cuya tramitación acaba de iniciar la APA.
Con esa propuesta, que se encuentra ahora pendiente de evaluación ambiental por parte de la Conselleria de Medio Ambiente, la APA pretende revisar y actualizar los usos permitidos en el conjunto del recinto portuario, pero principalmente en dos zonas de especial trascendencia estratégica en la llamada integración puerto-ciudad. Esas zonas en cuestión son el ámbito popularmente conocido como Zona Volvo (los muelles 10,12 y 14 del dique de Levante) y la dársena interior y el entorno comprendido entre la denominada Casa del Mar (actualmente un centro de negocios) y la estación de autobuses provisional.
Uno de los principales objetivos de esa modificación ya es conocido: se trata de dar cabida al desarrollo de actividades hosteleras y a la celebración de espectáculos en el frente en el que se organiza el Race Village de la Volvo Ocean Race con el propósito de dar a todo ese espacio un uso vinculado a las actividades náuticas de manera permanente. Como ha contado Alicante Plaza, la APA ya ha iniciado el proceso para sacar todo ese ámbito a concesión y, para ello, necesita ajustar la redacción del Plan Especial en el que ahora no se contempla ese tipo de autorizaciones. De hecho, en él siguen perfilándose usos ya desaparecidos como la antigua terminal marítima del ferry de Orán, entre otros. Todo, además, a la espera de que se completan los trámites administrativos con Puertos del Estado para que se oficialice la ampliación de la concesión a Marina Deportiva, lo que dará pie a una reconversión del paseo en el que hoy se encuentran instalados alrededor de 25 negocios hosteleros, que siguen sin conocer cuál va a ser su futuro.
En el segundo ámbito, la dársena interior, el objetivo sería dar cabida a usos terciarios no industriales compatibles con esa integración con la ciudad. Al parecer, se trataría de un entorno abierto a varias posibilidades, en cuya definición se habría convenido ahora la conveniencia de que tomase parte directa el propio Ayuntamiento. En sentido estricto, su participación es necesaria, ya que es la administración que debe aprobar en primer término esa propuesta de modificación del Plan Especial en el ejercicio de sus competencias urbanísticas.
Así, el planteamiento que la propia edil de Urbanismo, Mari Carmen de España (PP), expuso durante esa reunión técnica, fue la de compartir información y sugerir alternativas para esos usos, abriendo el proceso de consultas a los agentes sociales.
Entre esas sugerencias, según las fuentes consultadas, podría contemplarse el desarrollo de una experiencia similar a la que ya se ha materializado en la Marina de València, con un espacio dedicado a la innovación, por ejemplo. De España ya sugirió ese mismo destino para el edificio del complejo de Panoramis, todavía pendiente de la resolución de su subasta. Esa propuesta concreta ya habría sido descartada, aunque la APA sí podría estudiar su encaje en otro espacio. En cualquier caso, el propósito que sí se convino durante la reunión técnica fue que ambas administraciones debían ir de la mano para concretar la modificación del plan especial.