Foto: EFEVALÈNCIA (EP). La Comunitat Valenciana es la tercera autonomía donde más se practica el Chemsex, un praxis sexual entre hombres en la que lo fundamental es el uso de drogas para poder mantener sexo durante más tiempo, desde horas a días, lo que supone un "problema de salud pública", según se constata en el último número publicado por la Conselleria de Sanidad de la revista 'Viure en salut', y recogido por Europa Press.
Esta práctica, según define el Foro Europeo del Chemsex, se corresponde a "hombres homosexuales y bisexuales, que tiene sexo con hombres y personas trans y no binarias que participan en la cultura del sexo bajo la influencia de drogas tomada antes y/o durante el encuentro sexual". Las drogas, según el autor del artículo, el doctor Juan Flores Cid, jefe de la sección de enfermedades infecciosas del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, conllevan "una desinhibición con conductas más arriesgadas que van a provocar situaciones de peligro para la salud". Por eso, es "un problema de salud pública".
Así, apunta que las últimas encuestas dibujan a una persona usuaria de 35-39 años, española, que vive en ciudades de más de un millón de habitantes, con estudios universitarios, muchas con pareja estable, infectada por el virus de la inmunodeficiencia humana, en tratamiento antirretroviral, mal adherente y con frecuencias infecciosas de transmisión sexual.
Al respecto, explica que el problema de esta práctica es "el uso de drogas recreativas que permiten una desinhibición sexual importante y favorecen la duración de las relaciones", unido "al consumo de fármacos potenciadores, como Viagra, para conseguir erecciones más rápidas y duraderas". Otra característica es el uso de apps de contactos para concertar sesiones, que permiten "un acceso rápido, fácil y privado entre las partes permitiendo conocer y relacionarse con más gente", y que visualizan ciertas prácticas que antes se consideraban marginales como 'bareback', relaciones sexuales sin protección; 'fisting', introducción del puño por vía anal, o 'serosorting', prácticas con seropositivos conociendo previamente el riesgo.
Además, en las apps se utiliza una jerga y emoticonos cuyo significado se viraliza rápidamente: caramelos para uso de drogas sintéticas; una nariz para el uso de cocaína o el puño para la práctica del 'fisting'. Pero además del sexo, las apps permiten "el fácil y rápido acceso a la compra de drogas con menos riesgo para el cliente, que incluso se llevan al domicilio a precios asequibles según el mercado".
El artículo señala que el turismo LGTB también favorece la realización de esta práctica ya que a través de agencias organizan fiestas alrededor de todo el mundo que incluye el traslado y el hotel. El problema que viene después, constata, es el aumento de las infecciones de transmisión sexual por no usar preservativo ya que "aunque en un principio se comience a usar, cuando se lleva un tiempo y con el consumo de drogas desaparecen las medidas de protección".
Asimismo, describe otros problemas como las complicaciones por el uso de drogas intravenosas o las complicaciones traumáticas, como desgarros anales, así como las derivadas por el uso de las drogas en el sistema nervioso central. Pero lo "peor", señala, son las alteraciones psicológicas que producen, que incluyen en el trabajo, relaciones sociales, ocio, relaciones familiares y salud porque "no se consigue mantener sexo sin uso de drogas".
Por todo ello, el especialista señala que, ante el aumento constatado de las enfermedades de trasmisión sexual y de consumo de drogas, con sus problemas físicos y psicológicos, "hay que actuar, dimensionar el problema y aumentar la colaboración" entre Administraciones, ONG, Unidades de Conductas Adictivas, psicólogos, psiquiatras, CIPS (Centro de Información y Prevención del Sida) y Unidades de Enfermedades Infecciosas para formar circuitos de derivación en el que la persona usuaria "no se encuentras aislada sino protegida".
