ALICANTE. La Extracción de Información (IE), técnica de Inteligencia Artificial (IA), es el proceso de extraer y organizar, de forma automática, información relevante de formatos no estructurados y convertirla en formatos estructurados legibles para un ordenador. Este proceso requiere del uso de técnicas de Procesamiento del Lenguaje Natural que permitan, en primer lugar, procesar grandes volúmenes de información de forma automática, y en segundo lugar, detectar la información relevante ignorando la irrelevante.
Bajo este enfoque ha tenido lugar en el Parque Científico de la Universidad de Alicante la ponencia ‘Simplificando la complejidad: de frases complejas a preposiciones conectadas’, ofrecida por la profesora Christina Niklaus, de la Universidad de St. Gallen (Suiza). Una actividad programada por el Centro de Inteligencia Digital de Alicante (Cenid) y vinculado con el proyecto Cleartext, que se encarga de enseñar a los ordenadores a realizar de manera automática adaptación de textos a lectura fácil para que estos sean accesibles y comprensibles por la totalidad de la ciudadanía, independientemente de sus limitaciones.
"Hasta el momento los procesos de extracción de información no han tenido en cuenta cómo la simplificación de los textos podría ayudar a la tarea de extracción de contenido relevante. Con el fin de superar esta situación, se propone realizar un proceso previo a la extracción de información que genere una versión simplificada de los textos, que permita tratar estructuras de texto más sencillas sin perder significado. De esta manera, la tarea de extracción de información accede a representaciones de texto / información más fáciles de procesar y analizar, lo que facilita a su vez, la extracción de los contenidos relevantes de dicha información", señala Paloma Moreda, investigadora principal del proyecto ‘Cleartext’.
La profesora Niklaus compartió durante su ponencia con investigadores, profesores y alumnos algunos de los proyectos que su universidad ha puesto en práctica últimamente, con excelentes resultados en forma de herramientas que ya utilizan la Inteligencia Artificial para incluso enseñar a los humanos cómo debatir con argumentos consistentes, proporcionándoles consejos y entrenamiento para su puesta en práctica en situaciones reales, así como alguno de los retos que plantea la extrapolación de los sistemas desarrollados a distintos idiomas.