ALICANTE. La Generalitat y el Ayuntamiento de Alicante esperan cuadrar este viernes, en el transcurso de una reunión puramente técnica, el acuerdo por el que debe producirse la incorporación de la administración autonómica a la comunidad de bienes del Teatro Principal, ahora formada al 50% por el Ayuntamiento y Banco Sabadell. Como informó Alicante Plaza a principios de agosto, ese acuerdo sigue pendiente de resolver una diferencia de criterio en las tasaciones sobre el valor del inmueble: 9 millones, según los informes que maneja la Conselleria de Hacienda, y 14,5, según los cálculos elaborados desde el departamento municipal de Patrimonio. Las fuentes consultadas precisaron que, en esta nueva cita, se prevé llegar a una cifra intermedia con la que se precisará el porcentaje de participaciones concreto que pasarán a manos de la Generalitat, con los tres millones ya anunciados como aportación definitiva.
En principio, salvo esa disparidad sobre flecos puramente numérica, la operación está lista para que se le dé el trámite de firma ante notario. De hecho, ya se ha concertado que la rúbrica se producirá en una próxima reunión a tres bandas, con la presencia de representantes del Sabadell, probablemente antes de que termine octubre. Según las mismas fuentes, ya se habrían resuelto incluso las dudas sobre la fórmula en la que debía producirse la entrega de fondos del Consell, ante el temor de que los tres millones quedasen inmovilizados, sin poder destinarse a la ejecución de obras en el edificio, en el caso de que pudiesen quedar afectados por los límites de la regla de gasto impuestos por el Ministerio de Hacienda a todos los ayuntamientos.
Así, la intervención municipal habría resuelto ya que el acuerdo debía formalizarse como una compra de participaciones, ya que, a través de ese mecanismo, se garantizaría que los tres millones de euros queden en los libros contables de la comunidad de bienes y que tengan un carácter finalista, ligado a la reforma del coliseo, sin que computen como posibles gastos propios en los balances generales del Ayuntamiento. Durante el último encuentro celebrado a principios de agosto, también quedó resuelto que, a medio plazo, la comunidad de bienes se transformaría para dar lugar a una fundación, con el objetivo de poder sumar a nuevos patronos.
Con esas dos cuestiones centrales zanjadas, los tres copropietarios tendrían ya las manos libres para lanzar la reforma del inmueble. Esos trabajos podrían iniciarse en cuanto se completase su proceso de contratación (muy posiblemente, nunca antes de 2019) sin necesidad de esperar a que la sala baje el telón durante el parón estival, en los meses de julio y agosto, como se había barajado en un principio, con la previsión de que pudiesen abordarse durante este verano.
Ahora, como consecuencia del retraso en la operación, se apunta que no habrá ningún impedimento en que puedan acometerse las obras que resulten necesarias en el exterior, además de todas aquellas que no afecten al espacio escénico y el patio de butacas, pese a que haya programación en curso.