El alcalde, Luis Barcala, junto al president de la Generalitat, Ximo Puig, tras mantener su primer encuentro institucional.ALICANTE. El Consell y el Ayuntamiento de Alicante se vuelven a ver las caras este jueves con el Teatro Principal como telón de fondo. Representantes de las dos administraciones mantendrán una nueva reunión técnica en la que tratarán de solventar el último escollo pendiente para que la Generalitat entre a formar parte de la comunidad de bienes del coliseo de Alicante, como establece el protocolo de intenciones firmado el pasado febrero.
¿De qué disputa se trata? De una discrepancia respecto al valor de tasación del propio teatro, lo que, a la postre, influye en el desembolso que debería asumir la Generalitat y en el porcentaje de participaciones del que dispondría una vez formalizada la operación. Fuentes consultadas por Alicante Plaza precisaron que la diferencia entre las dos valoraciones no es precisamente menor, aunque eso no implica que suponga un obstáculo insalvable para que se llegue a un acuerdo. Según las mismas fuentes, la tasación elaborada por la Generalitat asigna al inmueble un valor de nueve millones, lo que implicaría que podría realizar una aportación de tres millones a la comunidad de bienes de la que ahora forman parte la Fundación Sabadell y el Ayuntamiento a partes iguales (50%).
Con esa aportación, la Generalitat asumiría un tercio de la representación del teatro: el 33% de las participaciones. Ese fondo, además, debería tener un destino concreto: sanear las cuentas de la sala y poner en marcha las obras para su rehabilitación, entre las que se incluyen la reparación de fachadas y cubierta y la renovación del patio de butacas, por ejemplo.
El Consell usará un proceso exprés para comprar su parte del Principal en dos meses
Sin embargo, la tasación elaborada por los técnicos de la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento (que, según las fuentes consultadas, no se había encargado durante toda la fase de negociaciones previas) eleva el valor del Principal por encima de los 15 millones. Es decir, seis más de la cifra que se marca en el cálculo elaborado por el Consell, lo que obliga a ajustar los términos de la operación para que el Ayuntamiento no incurra en lo que supondría una posible pérdida patrimonial.
En principio, esa discrepancia podría solventarse de tres modos distintos. El primero: el encargo de una tercera tasación externa que arbitre y sirva para llegar a un valor objetivo del inmueble. El segundo: que la Generalitat asuma una aportación superior a los tres millones previstos, si su voluntad sigue siendo asumir un tercio de las participaciones de la comunidad de bienes. Y el tercero: que la Generalitat mantenga el desembolso anunciado y asuma reducir su porcentaje de representación.
El encuentro de este jueves -ya previsto tras el último contacto precisamente para cuadrar datos- podría despejar ese escenario, aunque eso no significa necesariamente que la operación pueda desarrollarse de forma inmediata. Eso sí, si las negociaciones prosiguen, habrá consecuencias: el retraso en la ejecución de la reforma de la sala que se había comprometido para este verano para que tuviese la menor afección sobre la programación de otoño-invierno.
