ALICANTE. Conocía el Hércules por Trezeguet, uno de sus ídolos, y le encanta la playa (vive en El Postiguet), así que no es de extrañar que Carmelo del Pozo le convenciera para jugar de blanquiazul.
Kévin Appin (Marsella, 1998) fue la última incorporación del Hércules en el mercado de verano, pero desde el primer partido de Liga y hasta el del pasado domingo contra el Valencia Mestalla había sido un fijo en el once, a excepción de la cita contra el Orihuela que se perdió por sanción. Mañana, ante la Peña Deportiva, apunta al once.
- Pregunta: Antes que nada, me gustaría saber cómo te encuentras porque vienes arrastrando molestias desde hace dos jornadas y aunque se nos dijo que frente al Valencia Mestalla tu suplencia había sido una decisión técnica...
- Respuesta: Sí, en el partido de Atzeneta; me llevé un golpe en la rodilla derecha y luego el césped artificial tampoco ayudó. Entrené a menor ritmo durante la semana y por eso estuve en el banquillo, pero jugué en la segunda parte así que podemos decir que también fue una decisión técnica.
- P: Este domingo de nuevo césped artificial, ¿cómo lo ves?
- R: Bien, pero para mí es algo normal; en Francia se juega mucho en este tipo de terrenos. Sí es verdad que en Atzeneta las dimensiones del campo nos dificultaron jugar como queremos, no nos adaptamos a la faltaba espacio.
- P: Y lo de jugar sin público, ¿cómo lo llevas?
- R: La verdad es que no es lo mismo; se igualan mucho los partidos, con independencia de que juegues como local o a domicilio. Tener el apoyo de tus aficionados es un plus siempre y ahora están solo los dos equipos y el balón.
- P: El resultado en El Regit, la forma como se produjo, terminó costándole el puesto a David Cubillo, un técnico con el que lo habías jugado todo a excepción de un partido que te perdiste por sanción ¿Cómo has vivido el relevo en el banquillo?
- R: El fútbol tiene estas cosas, pero somos profesionales, forma parte de nuestro trabajo. Ahora solo queda adaptarse al cambio, preparase de acuerdo a lo que el nuevo míster nos pide, a su idea de fútbol. De todas formas, para mí el cambio no es tan profundo porque a Alejandro (Esteve) lo conocemos desde el primer día.
- P: ¿Siempre de pivote defensivo?
- R: Me siento cómodo jugando, si me ponen de portero no me importa (risas). No, en serio, puedo jugar de '6' y de '8'; aquí salvo el día del Alcoyano no lo he hecho, pero en el pasado sí he jugado más adelantado.
- P: ¿Y tu pareja ideal aquí es Sergio Moyita?
- R: Hemos jugado muchos partidos juntos, sí. Nos entendemos bien: su calidad técnica y mi calidad física se combinan a la perfección.
- P: Y lo de venir al Hércules, ¿por qué?
- R: A ver, jugar en España siempre había sido una opción para mí y la posibilidad de hacerlo ya en Segunda B estaba ahí. El Hércules es un club conocido, ahora no está en Primera, pero cuenta con una historia importante de la que forma parte David Trezeguet, un futbolista que también jugó en el Mónaco. A mí me gusta fijarme en las carreras de mis ídolos y él explotó como futbolista con el Mónaco y también jugó aquí, con el Hércules.
Y la ciudad, qué te voy a decir... es bellísima.
- P: ¿Te gusta la playa?
- R: Sí, de hecho vivo en El Postiguet.
- P: Tienes contrato hasta el 30 de junio, pero parece que hay muchas opciones de que continúes aquí, de que renueves automáticamente... Digo parece porque desde tu entorno lo aseguran, pero no quieren precisar cuántos partidos te quedan para que eso se produzca...
- R: Sí, lo sé. Entiendo que me lo preguntes, pero no es algo que me preocupe. Yo ahora solo pienso en jugar.
- P: Intuía que tú tampoco me lo iba a contar...
- R: (Risas).
- P: Pero sabes que hay equipos que militan en categoría superior para los que tu progresión aquí no está pasando desapercibida...
- R: Sí, pero yo estoy centrado en el Hércules.
- P: ¿Qué te ha llamado más la atención de la Segunda B?
- R: Viendo la Primera, la Segunda División... la verdad es que creía que costaría más adaptarme. Se nota la calidad, pero aquí también hay un componente físico.
Aún así, tengo que mejorar mucha cosas, no solo técnicamente, también la gestión de las emociones si quiero llegar más alto.