VALÈNCIA. El próximo 28 de mayo se celebrarán las elecciones autonómicas y locales, una cita que determinará quiénes ostentan el poder autonómico y municipal en la Comunitat Valenciana durante los próximos cuatro años. El PSPV, junto a sus socios de Compromís y Unides Podem, tratan de sobrevivir ante las acometidas del bloque conservador liderado por el PPCV, con Vox en segunda línea. A tres meses exactos de las elecciones, ¿qué fuerzas tienen más opciones de alcanzar el poder?
Más allá de los sondeos -interesados o no-, la realidad es que el bloque de izquierdas cada vez sufre mayor presión de sus oponentes. La Generalitat parece jugarse con apenas uno o dos diputados de diferencia, y la ola victoriosa (nacional) para el PP sitúa a los socialistas liderados por Pedro Sánchez contra las cuerdas.
El peligro para los del puño y la rosa es manifiesto. Si el PP gana la Comunitat Valenciana, Pedro Sánchez perderá la región más grande que gobiernan las siglas socialistas. Un impulso para los populares que puede dejar al PSOE en una situación de debilidad ante las elecciones generales que se celebrarán a finales de 2023.
Es más, hay quien piensa en las filas socialistas -aunque en el entorno de Ximo Puig rechazan esta idea- que a Pedro Sánchez no le importaría jugar este rol. En ese escenario enclavarían las decisiones del presidente del Gobierno respecto al trasvase Tajo-Segura o sobre la ausencia de la reforma del sistema del financiación. Con esa hipótesis del grueso de las CCAA perdidas, sólo el presidente del Gobierno quedaría como último valladar frente a la ultraderecha. Y es que todos los sondeos, también en la Comunitat Valenciana, indican que el PP sólo podrá gobernar si pacta con Vox.
De hecho, la formación que lidera Santiago Abascal, a través de su candidato autonómico, Carlos Flores, ya viene exigiendo públicamente que el PPCV liderado por Carlos Mazón, se posicione públicamente a favor de un pacto de gobierno, algo que sin duda incomoda a los populares, pero que será uno de los debates de campaña.
Desde la formación socialista, la regla general defiende que Sánchez sí apoya con vigor al PSPV de Ximo Puig. La victoria en la Comunitat Valenciana, así lo aseguran, sería la primera piedra de la remontada en España. "Un punto de inflexión", subrayan fuentes del partido, para reforzar la figura del presidente del Gobierno en esta encrucijada.
Mientras, en la Comunitat Valenciana, los nervios afloran entre las principales fuerzas políticas. El líder nacional de la formación popular, Alberto Núñez Feijóo, ya advirtió en València a sus candidatos de que sólo disponen de una bala en el revólver. Ganar sí o sí. Los siempre discutibles sondeos dejan en buena disposición al PP tanto en la capital, como con grandes posibilidades en la Generalitat, aunque con perspectivas más ajustadas.
El gran lastre para los populares parece plasmarse en los comicios locales, donde tienen dificultades para alcanzar las alcaldías importantes. ¿Supondrá eso un arrastre de apoyo para Ximo Puig? Eso esperan los socialistas y, de ser así, supondría un golpe demoledor a las expectativas populares. Mientras, en el bloque conservador, Vox disfruta de unos sondeos que le ofrecen un perfil estabilizado mientras Ciudadanos se encuentra prácticamente desahuciado. Es más, la expectativa general se sitúa en ver cómo y cuándo los últimos referentes naranjas se acaban entregando al PP.
¿Y qué pasa mientras en el PSPV? Los socialistas valencianos confían ciegamente en el tirón de Puig como presidente que contuvo la pandemia y que está al frente de la recuperación económica con la llegada de Volkswagen. Eso sí, temen que esto no se materialice en las urnas por los vaivenes de Sánchez, que el rendimiento de sus socios no esté a la altura y que el voto joven siga alejado. En este punto, consideran que la coincidencia con las elecciones municipales servirá para apuntalar al jefe del Consell como baza ganadora, aunque en Madrid las cosas funcionen de manera diferente.
Por su parte, en estos tres meses de recta final, Compromís se enfrenta a las primeras elecciones sin Mónica Oltra. Para contrarrestarlo, ha impulsado su ticket más conocido (Ribó-Baldoví) pero es una incógnita su rendimiento. Su proceso de primarias ha evidenciado las divisiones internas pero confían en que su marca siga tirando y, además, aspiran a aprovechar su poderío local, donde siempre han sido fuertes. Si gana el Botànic, se reestructurarán sobre la marcha, si no, se verán obligados a una catarsis que marcará el futuro de la izquierda valenciana.
En última instancia aparece la no siempre bien avenida alianza entre Podem y Esquerra Unida. Los primeros quieren destacarse en las últimas semanas con los ataques a grandes empresarios valencianos. Además, sueñan con una alianza con Compromís que no va a producirse. Esa línea de pensamiento tendría la Esquerra Unida liderada por Rosa Pérez, si bien las urgencias apremian y tampoco aspiran a mejores pactos. La líder de EU se ha enfrentado estas semanas una crisis interna que se ha aplazado redirigiendo sus esfuerzos a un pacto con los morados. El objetivo, alcanzar el 5% del listón electoral en Les Corts y contribuir así al Botànic III. Todo un reto que se decidirá en la 'photo finish'.