En el Ivam Cada Alcoi hasta el 27 de octubre

Ana Esteve Reig: del salmón de las paredes de la Ciudad de la Luz y otros menesteres

8/09/2019 - 

ALCOY. Imaginarse rodando un film en alguno de los 100.000 metros cuadrados de los extintos estudios de grabación de la Ciudad de la Luz sonaría, a día de hoy, a algo parecido a una película de terror. Con las paredes color ‘salmón noruego’ a tono, de fondo. El escenario más ‘creepy’ de la realidad actual se enciende a través de cinco pantallas, que deslumbran con la acidez y voracidad de sus temas a cualquier espectador dispuesto a poner sus estereotipos en tela de juicio. Esta es la exposición que la última sala del Ivam Cada Alcoi muestra hasta el 27 de octubre. La artífice, Ana Esteve Reig, combina en sus tres proyectos – ‘La pantalla mágica’, ‘El documental de Dalila’ y ‘Encierro’- su afán por desmontar mitos para hacernos abrir los ojos de par en par. Con un poco de reggaetón incluido. Desde Agres, Madrid y Alemania llega esta entrevista. Muy interesante.

- ¿Cuál es ‘tu’ sueño de la pantalla, el que quieres representar?

Creo que las pantallas sueñan con conseguir la mirada permanente del espectador, ya que, sin ella, su existencia no tendría sentido. Atrapar la atención de los consumidores es su objetivo. Para ello las pantallas están mejorando técnicamente cada vez más al igual que la imagen audiovisual está haciéndose más real, hasta tal punto de hacernos creer que estamos viendo una realidad paralela a través de ellas.

¿Qué mitos y ficciones colectivas desgranas en tu propuesta audiovisual?

Desde que comencé a trabajar con el vídeo me fascinaba comprender y analizar la imagen audiovisual; para ello, me he interesado en los arquetipos creados a través de los relatos cinematográficos, el contenido de la televisión y, actualmente, el consumo de imágenes a través de los smartphones y ordenadores. Es cierto que hay una tendencia consciente en mi trabajo en el análisis sobre la construcción de la figura femenina en los llamados ‘mass media’. Siglos atrás se construían y comunicaban oralmente, más tarde a través de la escritura, pero ahora los trasladamos a la pantalla.

¿Qué tipo de imagen audiovisual consumimos y creamos?

Las películas, las redes sociales e incluso los videoclips son un reflejo de los de mitos, creencias y estereotipos que influyen en la cultura actual.

La primera propuesta 'ataca' de pleno al fracaso de la Ciudad de la Luz. ¿Qué dirías al respecto?

Yo no diría que es un ataque directo, más bien es un trabajo reivindicativo que da visibilidad al fracaso de muchos proyectos por una mala gestión política a través de este en concreto, la Ciudad de la Luz. Es cierto que, como alicantina y artista visual que soy, la situación de este lugar me llamó mucho la atención y me puse a investigar para saber qué podía haber pasado para que lo hubieran cerrado. Lo que más me fascinó era que querían darle una proyección internacional, querían crear el Hollywood europeo. Lo triste es que no haya sido posible. El vídeo narra una historia inventada sobre el lugar mostrando la decadencia de su desuso, pero siempre pensando que, en algún momento, vuelva a ser utilizado. En la pieza también se reflexiona sobre el futuro del cine a través de este relato teniendo en cuenta que ahora mismo estamos viviendo un momento de cambio tecnológico que también afecta a la industria cinematográfica. El fracaso de este proyecto es una metáfora de los cambios que está viviendo la ficción a la vez que una sátira crítica a este tipo de ambiciones insostenibles por malas gestiones políticas.

También pones en tela de juicio el abuso de las redes sociales, y el reggaetón.

Es curioso que “Encierro” (2010) y “El documental de Dalila” (2016) sean piezas antiguas pero, a la vez, tan actuales. “Encierro” realmente nace tras haber visto muchísimos videoclips de reggeatón (de aquellos años) y observar que se repetía la misma puesta en escena en todos ellos: el hombre canta en el centro y varias chicas le ‘perrean’ alrededor. ¿Por qué es así y no al revés? Decidí hacer el vídeo cambiando los roles de género asociados dentro de este tipo de imagen audiovisual y me encontré con un vídeo que al principio resultaba gracioso pero a medida que avanza suele resultar incómodo. Realmente esto demuestra la importancia y repercusión que tienen las imágenes audiovisuales en nuestro imaginario; no estamos acostumbrados a ver que sean ellos los que bailen de esta forma a una mujer porque resulta violento, y al contrario lo vemos como algo normal y sexy. 

“ENCIERRO” REALMENTE NACE TRAS HABER VISTO MUCHÍSIMOS VIDEOCLIPS DE REGGEATÓN (DE AQUELLOS AÑOS) Y OBSERVAR QUE SE REPETÍA LA MISMA PUESTA EN ESCENA EN TODOS ELLOS: EL HOMBRE CANTA EN EL CENTRO Y VARIAS CHICAS LE ‘PERREAN’ ALREDEDOR


Aún así, debo mencionar que en los últimos años hay un movimiento feminista en la escena ‘reggaetonera’ y muchas artistas musicales mujeres están dándole la vuelta a la apropiación machista de este género musical. Respecto a las redes sociales, creo que es una herramienta de expresión democrática y accesible a la mayoría de nosotros, pero claro, existe un abuso y manipulación de la imagen. Cuando grabé a Dalila en el 2016 todavía no era tan popular Instagram, pero empecé a ser consciente de la importancia que tiene la imagen que consumimos a través de nuestro Smartphone, al igual que la imagen que compartimos sobre nosotros mismos. Dalila, la protagonista del documental, es consciente de todo ello y juega a construir una imagen sobre ella misma creando así su propio alter ego. El problema existe cuando le damos demasiada importancia a esa imagen que “posteamos” o consumimos y pensamos que son la realidad, cuando realmente solo muestran una parcela de ella y, además, la mayoría de veces están manipuladas o bajo filtros. Estamos en la era de los ‘likes dopamina’ y el necesitar “ser vistos” para reafirmarnos, algo que puede resultar un poco peligroso.

¿Qué une las tres propuestas?

Los tres vídeos los elegí con la ayuda de Marta Ramos-Yzquierdo, comisaria que conoce muy bien mi trabajo. La selección muestra la evolución a través de varios temas como es el género, la ficción y las redes sociales, pero todos vienen por una necesidad de reflexión sobre la imagen audiovisual que consumimos a través de los mass media y el mundo virtual.

Háblanos de más mitos del siglo XXI

No sé muy bien como acotar esta pregunta, ya que la respuesta puede ser muy amplia y, seguramente, un antropólogo pueda responder mejor que yo. Lo que está claro es que en el siglo XX muchos de los mitos han sido creados a través del cine, la televisión o la música y actualmente tenemos que añadir las redes sociales y el mundo virtual. La cultura del siglo XXI es principalmente tecnológica y creo que este punto está cambiando la concepción de los mitos y el sistema de creencias, al igual que ampliando conocimientos y el intercambio de cultura, por lo que no sabría establecer cuáles son los mitos predominantes del siglo XXI. ¿Quizás puede que cada uno encuentre el suyo propio en Netflix?

¿Cómo das a luz este proyecto? Cuéntanos sobre tu formación y cómo llegas a la sala municipal del Ivam Cada Alcoi.

Soy doble licenciada en Bellas Artes por la UCM y la Kunsthoschule de Kassel, Alemania, donde me especialicé en videoarte. En Kassel fue cuando comencé a trabajar con vídeo y profesionalizarme como artista. Tras mi estancia de seis años en Alemania decidí volver a España y me instalé en Madrid, donde actualmente resido. Son ya diez años trabajando como artista, exponiendo y produciendo obra. En diciembre de 2018 se puso en contacto conmigo Raül Llopis y me propuso exponer en las sala Cada del museo. En ese momento estaba a punto de inaugurar también una exposición en la Fundación BBVA con el vídeo “La pantalla mágica”, producido gracias la Beca Multiverso 2017 que recibí de dicha Fundación, y me pareció que la pieza podría ser perfecta para el Ivam Cada de Alcoy. Y así fue como comenzamos a preparar la propuesta expositiva.

ESTAMOS EN LA ERA DE LOS ‘LIKES DOPAMINA’ Y EL NECESITAR “SER VISTOS” PARA REAFIRMARNOS, ALGO QUE PUEDE RESULTAR UN POCO PELIGROSO

Vienes de un pueblo de Alicante, de Agres. ¿El ámbito rural protege a sus vecinos de la sobredosis informativa?

Sí, creo que soy una privilegiada en este aspecto porque soy muy consciente de que el pueblo me ofrece muchas cosas que en las grandes ciudades no encuentro, como esa desconexión de la que hablas. Madrid, donde vivo, es una ciudad que me aporta muchísimo pero, a la vez, convivo con mucho estrés, contaminación y saturación de imágenes e información. Es cierto que la tecnología está llegando a todas partes, pero en Agres o en cualquier otro pueblo los habitantes están mucho más en contacto con la naturaleza, el campo y con la gente. Los vecinos se conocen y se relacionan mucho más en persona que a través de las pantallas. Aún así siempre pueden encender la televisión e informarse de todo lo que ocurre, pero es cierto que ese entorno ayuda a acotar el interés informativo.

Lo peor del momento actual. Lo mejor.

Pienso que la situación política actual es bastante preocupante y no beneficia a nadie en ningún ámbito. Mi generación se encontró con una crisis que no nos facilitaba el futuro y ahora la situación sigue siendo complicada. En mi ámbito, el arte y la cultura, la realidad sigue siendo precaria. ¿Lo mejor? El movimiento feminista; creo que estamos en un momento histórico de cambio muy necesario y espero que no sea en vano. Por otra parte, considero que internet es la mejor herramienta que tenemos en el siglo XXI para poder comunicarnos e intercambiar información, a la vez que es una buena plataforma para denunciar y poner en común cualquier tema.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

No sabría decirte, yo soy más futurista, de ciencia ficción o utopías, así que, a pesar de la situación actual, siempre me sale mi vena positiva y pienso que lo mejor está por llegar.

¿Es cierto que la realidad supera la ficción?

Sí, muchas veces. Lo malo es que, en la ficción, todos los finales son posibles, pero en la vida real no.


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