LAS ROZAS. No parecía muy bajo de ánimo pese al mal partido firmado por su equipo y el haber quedado apeado de la Copa a manos de un rival de categoría inferior.
En su comparecencia posterior a la derrota contra el Rayo Vallecano, el técnico del Elche, Jorge Almirón, hizo una lectura excesivamente optimista del desarrollo del encuentro, hasta el punto de que para justificar el resultado adverso no recurrió (lo tenía fácil) a la ensalada de incidencias que salpicaron la organización del partido disputado finalmente en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Hizo referencia a las mismas con un "fue impresentable desde muchos lados", que se habían ido "sorprendiendo durante el transcurso del día por los diferentes cambios", que lo sucedido "no era normal" y que su papel había sido en todo momento estar junto a los jugadores y darles tranquilidad, pero evitó apoyarse en el horario intempestivo (para la época del año) o el escenario (el césped estaba muy castigado por el Fuenlabrada-Levante disputado minutos antes y por la nieve y las bajas temperaturas de los últimos días) para argumentar el pobre juego de los suyos y la consiguiente eliminación. Probablemente porque, tal y como vino a decir, para Almirón el partido firmado por los suyos no fue tan malo: reconoció falta "de adaptación" de algunos jugadores a las posiciones que les tocó defender y la ausencia de cierta "profundidad", pero también aseguraba que "habían respondido bien, con humildad, entereza" y "jugado 90 minutos bastante intensos".
Por cierto, respecto a las lesiones, Almirón aclaraba que Dani Calvo tenía problemas en el tobillo y se había apostado "por no arriesgar", mientras que a 'Nuke' se le habían reproducido problemas musculares que parecían superados días atrás.