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cuenta atrás para su destitución forzada por el resto de los ediles

Sanguino se enroca sin dimitir a la espera de 'medidas de control' para el sector de Franco

  • El portavoz municipal del PSOE en Alicante, Paco Sanguino, junto al secretario general local, Miguel Millana, en imagen de archivo. Foto: RAFA MOLINA

ALICANTE. Sanguino mantiene el desafío y alarga la crisis desatada en el seno del grupo socialista en el Ayuntamiento de Alicante. El todavía portavoz agotó las 24 horas de este martes sin dar marcha atrás en la destitución de tres de los cuatro asesores municipales, en respuesta a la petición formulada por siete de los nueve concejales de su partido. Tampoco dio el paso a un lado que le había reclamado la dirección autonómica a última hora de lunes. Lejos de eso, Sanguino optó por enrocarse sin presentar el escrito de dimisión, como le habían reclamado, a la espera de que pueda producirse algún gesto de penalización sobre el proceder que él atribuye al sector alineado con el exsenador Ángel Franco

Fuentes consultadas indicaron que Sanguino no moverá ficha para ceder voluntariamente el cargo de portavoz hasta que se produzca alguna manifestación pública que sirva para enmendar el funcionamiento del supuesto grupo municipal paralelo, creado y controlado en la sombra por Franco, que él mismo había denunciado a través de un escrito dirigido a la dirección federal del PSOE en Madrid, este lunes. Según las mismas fuentes, su pretensión sería medir los tiempos hasta que hubiese una respuesta al respecto que atajase lo que se consideraría una vulneración de la autonomía del grupo municipal, y de los propios estatutos del partido, que, a juicio de Sanguino, no debería ser tolerada por ninguna de las estancias del partido. 

Así, las mismas fuentes incidieron en que cualquier hipotético movimiento previo por su parte, podría dejarle sin capacidad de presión para conseguir el efecto esperado: que, como mínimo, se ponga coto a la influencia de Franco y sus afines en la acción política del grupo de concejales, en el supuesto de que no se optase directamente por un escenario de disolución de la ejecutiva local para promover la creación de una gestora que pudiese enderezar el rumbo de la agrupación sin el control de Franco.

Por lo pronto, no parece que ese vaya a ser el camino a transitar por la dirección autonómica. De hecho, al margen de las declaraciones de Puig a modo de advertencia, formuladas este lunes, ningún responsable orgánico se ha pronunciado abiertamente sobre la crisis hasta ahora. Ni el mismo secretario general del PSPV, que este martes recaló en Alicante para desgranar los primeros detalles sobre el futuro de Ciudad de la Luz, volvió a pronunciarse sobre el tema, lo que habría llevado a Sanguino a postergar el registro de su dimisión, que iría ligado a la contrapartida de la pretendida desautorización para el sector franquista, tras dar por descartada sus supuestas pretensiones de reubicación en otro puesto institucional. 

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