ALICANTE. José Antonio Pina, en 1999; Blas Bernal, en 2003; Etelvina Andreu, en 2007; Elena Martín, en 2011; Gabriel Echávarri, en 2015 y ahora Francesc Sanguino en 2019. Todos ellos fueron candidatos del PSOE de Alicante de Alcaldía. No sólo es que ninguno repitió, sino que tampoco acabaron sus mandatos como portavoces. A lo largo de su mandato, o bien dimitieron -en el caso de Gabriel Echávarri como alcalde por su imputación judicial-, o fueron relevados en una partida que siempre ganó el veterano ex senador Ángel Franco.
La salida de Sanguino no deja de ser un episodio más de la triste historia del PSOE de Alicante, que desde 1995, cuando Ángel Luna perdió las elecciones, no ha levantado cabeza. Bueno sí. Recuperó la Alcaldía en 2015 gracias a un tripartito con sus peores resultados electorales, pero la imputación de Echávarri provocó su dimisión en 2018 y la falta de un concejal -Nerea Belmonte no respaldó a la candidata socialista-, impidió que Eva Montesinos -otra afectada de la trituradora socialista- fuera alcaldesa.
Además de los portavoces y candidatos, habría que añadir la dimisión de Juan Antonio Román como secretario general de la agrupación de Alicante allá por 2005 cuando se opuso al plan urbanístico de Rabasa, impulsado por el constructor Enrique Ortiz, que en principio sí que tuvo las simpatías de Blas Bernal, entonces portavoz, y Ángel Franco, concejal en su día y que los respaldaron. Sin embargo, con el tiempo, el PSPV de Alicante fue virando de posición hasta que finalmente el plan parcial fue rechazado por los tribunales. Más tarde también dimitió Roque Moreno tras verse implicado en las escuchas de caso Brugal.
La renuncia o dimisión de Sanguino es la repetición de un episodio más que muestras la escasa evolución de la agrupación socialista de Alicante a la hora de consolidar un proyecto política fiable y creíble. A veces, porque la tutela de los procesos ha sido llevada desde València o Madrid, a veces por las malas expectativas de la marca, finalmente, ningún proyecto se ha consolidado y el veterano senador Ángel Franco siempre se ha salido con la suya, merced a controlar las listas electorales y tejer los bancos de la oposición de ediles afines que han acabado imponiendo su mayoría o control ante los líderes o portavoces locales que no ha sucumbido a sus intereses. Ningún secretario general del PSPV ni del PSOE ha podido doblegarle con el tiempo.
