ELDA. La industria auxiliar, como cabría esperar, también ha sufrido el peso de la pandemia y se ha visto obligada a aplicar distintas estrategias para sostenerlo sin caer en el intento. Un ejemplo de ello es la empresa Revecurt, fundada en 1998 pero con una tradición familiar de tres generaciones y más de 50 años de experiencia. Desde su sede en el polígono Finca Lacy de Elda, esta proveedora de curtidos ha vendido pieles para calzado y marroquinería a empresas de renombre como Unisa, Mango, Inditex o la firma de lujo estadounidense Stuart Weitzman. Ahora, trata de mantener su puesto en el sector a pesar de la competencia extranjera y los esfuerzos internos.
Luis Amat, su gerente actual, confiesa a Alicanta Plaza que la crisis sanitaria y económica ha supuesto para Revecurt una eliminación de entre el 40 y el 50 % de las ventas, algo que, intuye, habrá ocurrido también en el resto de compañías de su área. “Lo que está perdido ya no se recuperará”, lamenta. Aunque procura ser optimista: “Ahora parece que se empieza a ver la luz, pero aún queda para el final del túnel. Hace falta una tranquilidad sanitaria para que esto vuelva a girar”.