ELCHE. El pulso que mantienen Europa y Estados Unidos por la denominada 'tasa Google', el impuesto a las empresas tecnológicas que se está impulsando desde varios países de la Unión Europea ya podría tener damnificados colaterales. Entre ellos, el sector del calzado, industria clave en la provincia alicantina y en la comarca del Vinalopó, ya que EEUU ha planteado responder a este impuesto con unos aranceles de hasta el 35% para el calzado —junto a otros productos como el cristal, sombreros o cinturones—. En algún caso ya ha bloqueado pedidos importantes y a ello hay que sumar la falta de apoyo directo al sector en la última línea de ayudas del Gobierno.
Así que en el caso del calzado y su industria auxiliar ligada, el sector de los componentes, llueve sobre mojado. A la situación entre algodones en la que se encuentra el sector porque ha descendido mucho el negocio de la moda, muy estacional y que ha estado parada o funcionando a trompicones a nivel internacional por la pandemia con su consiguiente bajada de ventas, desde hace unas semanas el objetivo era la inclusión del sector y sus CNAE aparejados entre los susceptibles de recibir 7.000 millones de euros de ayudas directas del Ejecutivo tras haber quedado fuera. Ahora se suma una nueva batalla, porque desde enero la Oficina del Representante de Comercio de EEUU concluía que los Impuestos a los Servicios Digitales de varios países, como España e Italia, perjudican a firmas del país. Como contramedida, el 26 de marzo, anunciaron que plantean la imposición de aranceles a una serie de productos de estos países.
Es aquí donde entra el calzado. Si bien la medida no se ha puesto aún en marcha, ya ha alertado a todo el sector e incluso ya ha empezado a causar estragos en alguna compañía como la ilicitana Manufacturas Newman. Su gerente Manuel Ruiz explica que varios clientes de este país han anulado un pedido de unos 35-40.000 pares para mayo ante el aumento del coste que puede generar el arancel. "Ya pagamos un arancel del 10% y plantean aplicarle una subida de otro 25%, nos quedamos sin este pedido que entraba en mayo y el daño ya está hecho", y sumado a la covid, les deja heridos, explica, y expresa el enfado porque además de quedarse fuera de las mencionadas ayudas estatales, "EEUU nos utiliza como la moneda de contrapeso a la tasa Google, y ya se conocía que se había planteado esto pero no se había dicho nada".
El industrial ilicitano advierte de que con esto peligra el zapato de alta gama, que es el que se exporta al país norteamericano, "y es el que le da prestigio al zapato español; y todos los que exporten a Estados Unidos se verán afectados porque hará muchas empresas inviables”. Ruiz asevera que se puede perder la imagen del 'made in Spain' y asevera que si se aplican estos elevados aranceles "iremos a fabricar a otros países", lo que pasaría presumiblemente por volver a Asia al ser este arancel susceptible de aplicarse en toda Europa.
Una situación que preocupa a la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice) y la Asociación Valenciana de Empresas del Calzado (Avecal), que han empezado a movilizarse ante la inquietud que ha provocado la situación. Como recuerda la presidenta de ambas, Marián Cano, que exista un clúster potente con el sector industrial y auxiliar supone que las empresas potentes produzcan aquí, y el hecho de que acabe aplicándose este arancel genera preocupación por las posibles deslocalizaciones a Asia. "Tratándose de multinacionales que tienen capacidad, cuando esto entra en juego valoran todas las alternativas, hay posible temor y por eso debemos doblegar nuestros esfuerzos, porque perderíamos competitivad", explica Cano. Además de los estragos que pudiera suponer a nivel de empleo y economía en la zona después de que en los últimos años se hayan relocalizado compañías.
En ese sentido, desde Fice advertían en un comunicado este martes que esta medida supondría "un daño irreparable a un sector relevante del tejido industrial de nuestro país". Una de las características esenciales del proceso productivo es que se trata de una industria intensiva en mano de obra "que genera mucho empleo, desde los más cualificados a los más artesanos; este daño causaría estragos añadidos en determinadas áreas geográficas de concentración del sector que no cuentan con otras alternativas industriales", advertían.
A día de hoy, Estados Unidos no solo es el mercado que paga un precio medio más elevado —junto a otros como China— de los cinco principales compradores de calzado español, es el primer destino de las exportaciones extracomunitarias del calzado. En 2020 a pesar de la covid-19, el 7% de las exportaciones de calzado español fueron a ese país, lo que ascendió a 151,6 millones de euros y 3,5 millones de pares. Todo dentro de un contexto en el que la exportaciones de calzado valenciano llegó en 2020 a los 98,7 millones de euros, un descenso del 37% respecto al mismo periodo que el año anterior.
Desde la Federación han entablado conversaciones con la Secretaría de Estado de Comercio, que ya está estudiando el asunto, así como con la CEOE para gestionar la situación y con Confederación Europea del Calzado desde Bruselas. En cualquier caso, aún se trata de una medida que se está valorando y que ahora se pretende desde el sector evitar desde varios frentes. La representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, señalaba a finales de marzo que trabajarán con sus socios comerciales para "resolver sus inquietudes con los impuestos a los servicios digitales y abordar cuestiones más amplias de la fiscalidad internacional" para estudiar el caso español.