Era tan serio como un buzón de correos. No exagero, así se le recuerda. Sin embargo, encima de un escenario nadie se resistía a sus bromas, sus comentarios picantes, sus gracias. El público llegaba a llorar de risa. Las tardes de zarzuela con él eran unas horas inolvidables. Mire, si no, que hoy me refiero a él y su biografía. Porque los adultos llenaban el teatro cuando este artista actuaba sobre sus tablas. Porque un niño disfrutó de su arte y lo contó por escrito cuando se hizo adulto para que no cayera en el olvido. Por sus interpretaciones, no dejaba a nadie indiferente. Luego le desvelaré a quien me refiero.
Fue uno de los actores cómicos españoles más importantes del segundo cuarto de siglo XX. Autodidacta, tenía dotes innatas para la comedia y mucha facilidad para intercalar “morcillas”, según manifiesta Jaume Lloret i Esquerdo en su libro “Personajes de la Escena Alicantina. ¿Morcillas? Ya sabe, cuando los actores incluyen contenido propio por medio de su improvisación que no desentona porque van muy bien para su interpretación, sólo descubierto por los que conocen muy bien la obra.
Antes de continuar querrá saber su nombre. Es Arturo Lledó Jordá (1889-1943). Nació en Alicante un 11 de mayo. Fue cartero de profesión, aunque su gran vocación era ser cantante, materializando su sueño de cantar al público en un coro de niños, con notable éxito. Su preocupación, seguir teniendo tono cuando le cambiara la voz durante la adolescencia. Y no perderla como le pasó años después a Joselito (1943). Lledó se formó en la Sociedad Calderón, en la Ramón de Campoamor en Benalúa y en el Orfeón, Ya ve, era grande su inquietud por tener una buena base para después desarrollar su talento. Su primera actuación como solista lo hizo en el pequeño teatro que había en la plaza de Santa Teresa en el barrio de San Antón.
Debutó el 22 de mayo de 1908 en el Teatro Principal de Alicante con “Los granujas” de Arniches, formando parte de una compañía dirigida por Francisco Sánchez Ponsó. Sería el inicio de una carrera llena de éxitos de público y de taquilla para los empresarios que lo contrataban. En 1910 actuó en el Teatro Nuevo con la Compañía de Manuel Buso; en 1915 formaba arte del grupo dirigido por los alicantinos Pepín Nadal y Pepe Sánchez actuando en escenarios locales del Novedades, Sport o en el Calderón. En 1916 dirigió una agrupación de zarzuela y opereta en el Teatro Sport. Era la primera vez. No se le dio nada mal, que va. En las siguientes temporadas ya tenía su propia Compañía actuando en el Salón Granados de Benalúa con la dirección musical del compositor Modesto Pérez. Al año siguiente lo haría en el Salón España, incorporando a los maestros Joaquín Peris y Enrique Povedano.
Después participó en diversas Compañías líricas como la de Pablo Gorgé (hijo) y Paco Tomás, triunfando en diversos teatros de la geografía española. Volvió a actuar de gira en Alicante en febrero de 1925 dirigiendo un conjunto de zarzuela y opereta.