El otro día casi me produjo vergüenza ajena ver en El Mundo la reproducción del supuesto título universitario de José María Ángel Batalla y otra reproducción correcta de como debería ser. Algo así como el juego de las diez erratas. Una diplomatura falsa/falsísima fechada en 1985 cuando ni siquiera se impartían los estudios de Archivista en la Universidad de València. Y con el diploma de marras se hizo con un puesto de funcionario de carrera hasta llegar a jefe de sección.
Se adelantó en cinco años a que se instaurara dicha carrera media. Intento darle mil vueltas al asunto y no hallo explicación alguna salvo la estupidez pura y dura. Y no estamos hablando de un personaje cualquiera: fue muchos años alcalde de L'Eliana, senador, y hasta hace cuatro días era el presidente regional del partido PSPV-PSOE y delegado del Gobierno para la gestión de la dana. Todo ello con el entusiasta respaldo de la ministra Diana Morant, candidata a la Generalitat, y lloriqueando tras la dimisión de Ángel Batalla: y su esposa, Carmen Ninet, en el punto de mira como subdirectora del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad sin título superior y favoreciendo, presuntamente, con contratos a su cuñado. Ninet, socialismo de pata negra en València. Rancio y viejuno.
Podría ser una cuestión menor, pero no: alguien que sustenta todo su carrerón político en una trola que el protagonista seguro que considera venial y banal puede ser susceptible de mentir en muchas más cosas. A Clinton casi le cae un impeachment encima no por las felaciones de Monica Lewinsky sino por negarlas (bien es cierto que el puritanismo norteamericano contribuyó). No sé. Bueno sí que sé que Trump ha roto todo tipo de consensos, de reglas y de decencias. Estoy perplejo por la oleada de falsos títulos que están saliendo a relucir desde el caso Noelia Núñez (PP) que se inventó ya no sé ni cuantas carreras: lo suyo es para que algún psicólogo o antropólogo haga una tesis doctoral. En solfa se encuentra también la delegada del Gobierno en la Comunitat, Pilar Bernabé, que en su día esgrimió en su currículum las titulaciones de Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual. Dos mejor que una; dónde va a parar.
El PPCV puede hacer sangre de todo esto y de paso desviar la atención de la dana, la Gran Pesadilla de Carlos Mazón: pero le conviene mejor la discreción, no vaya a ser que le explote en los morros un caso similar. Se ha destatado el "pánico curricular" como lo ha denominado con mucha retranca Ximo Aguar en este mismo periódico. Todo dios a revisar qué ha puesto en los currículos oficiales. Estamos en plena cacería desde que el nuevo secretario del PP, Miguel Tellado, lanzara gruesas insinuaciones sobre las biografías académicas de Patxi López y Oscar Puentes (el mismo que se apunta un máster de Política de la Fundación Jaime Vera, un mero apéndice instrumental del PSOE).
Todo esto es corrupción de baja intensidad tirando a mediana: podredumbre ética de querer aparentar más de lo que uno es. También es paletismo/clasismo de manual. O algún recoveco freudiano de complejo de inferioridad. La Agencia Anti-Fraude ya ha dado el parte a la Fiscalía por lo del ya exdelegado de la dana.
De momento la campanada de este concurso chusco la ha dado el consejero del Gestión Forestal del Gobierno de Extremadura Ignacio Higuero que se salió de Vox hace un año para mantener su puesto cuando Santiago Abascal y cierra España lanzó la fatwa de romper con todos los gobiernos autonómicos en los que estaban por discrepancias en inmigración. Figuraba en el currículum de este señor que era licenciado en Marketing por la Universidad del CEU, principios de los 90, cuando esta titulación se implantó bastantes años después (lo mismito que Ángel Batalla con la diplomatura falsa de bibliotecario).
Estamos donde estábamos: en la España pícara, apesebrada, de pandereta, koldiana y putera, cutre y bandolera. Bueno no quiero globalizar: hay políticos y funcionarios honestos; solo que a veces parece que son minoría (que seguro que no lo son).
CODA: Siento un dolor insoportable por la podrida ONG canaria Quorum Social que llegó a gestionar en torno a 2.000 menores no acompañados, "menas". Vejaciones, malos tratos, racismo a bocajarro...con ricas subvenciones del Gobierno autonómico. Que repugnante.