Las cosas no cambian de la noche a la mañana y menos aún en política y en inversiones públicas necesarias para el desarrollo de las ciudades y de los pueblos. Una de las promesas estrellas en la campaña electoral de 2023 que formuló Carlos Mazón para Elche era la puesta en marcha de un tranvía que conectaría el barrio más populoso de la ciudad, Carrús, con la Universidad Miguel Hernández (UMH) hasta llegar al Parque Industrial de Torrellano, con un presupuesto de casi 200 millones de euros. El presidente de la Generalitat visitó Elche el pasado viernes para la firma de un protocolo para el estudio de dicho tranvía: 100.000 euros. Un tranvía que no tendrá ni catenarias ni raíles: es decir un autobús de alta tecnología. Bueno, menos da una piedra. Reparen en el dato: 200 millones, 100.000 euros. La visita se ejecutó con fuertes medidas de seguridad y sin admisión de preguntas. Un ambiente tenso. No hubo protestantes con lo de "Mazón dimisión": solo una mujer en solitario expresó su intenso dolor. Mazón, rodeado de su séquito, va a los sitios con temor.
Sí que albergo la convicción de que Elche, en líneas generales, es una ciudad discriminada en este punto en tanto en cuanto el resto de las grandes ciudades, Castellón, Valencia y Alicante, sí que disponen de tranvías como dios manda. En este punto y en algunos más se cumple la manida expresión de que Elche se merece algo mejor por ser en población (240.000 habitantes censados) la tercera ciudad de la Comunitat: lo vengo escuchando como un mantra desde hace décadas. Todo un tiempo en el que solo se han producido dos hitos casi simultáneos: la creación de la Universidad, gracias al impulso decidido de Eduardo Zaplana: el PSOE, salvo el entonces alcalde Diego Macià, quería una mera extensión de la Universidad de Alicante. El ex conseller Martín Sevilla podría escribir un artículo de ello ahora que ha vuelto de columnista en el Información. La UMH y el Parque Industrial de Torrellano, santo y seña de una ciudad con un nervio empresarial extraordinario. Escriben por ahí que hasta en el entorno de Trump podrían interesarse por PDL Space, la exitosa empresa de cohetes, la de los "raules", que se ha convertido en buque-insignia del desarrollo tecnológico ilicitano.
Nos quedamos con un especie de tranvía que requerirá de una reconversión integral de toda la avenida de la Libertad y de la del Ferrocarril en plena fachada de la UMH. Y con la gran incógnita de cuándo conectará con el aeropuerto de El Altet. No sé que costará más, si la remodelación viaria o el propio tranvía sin raíles. El alcalde Pablo Ruz sí que ha anunciado varias veces un cambiazo global de la Avenida de la Libertad que a todos los efectos hace las veces de una carretera nacional cuando fue concebida como una gran boulevard urbano (Ramón Pastor). Ahora desemboca en una infernal rotonda que da acceso al complejo comercial de L'Aljub, y al caótico "polígono" de la carretera desdoblada en dirección Crevillent, estación del AVE incluida.
No voy a referirme a la conclusión de la Ronda Sur que lleva paralizada desde 2015, cuando cortó la cinta la entonces alcaldesa Mercedes Alonso. Expropiaciones, financiación en el aire....diez años sin ejecutarse nada de nada. Una cruz. Demasiadas cosas en el aire. No quiero olvidarme de una mejora sustancial de la carretera de El Altet que enlaza el núcleo urbano con las playas. Ni de la conclusión de la carretera desdoblada entre Elche y Santa Pola de la que sabemos poco o nada.

- Mercado Central / PEPE OLIVARES -
En este estado de cosas, Pablo Ruz se vuelca en lo cotidiano. Por ejemplo la rehabilitación del Mercado Central cuyas obras ya están adjudicadas. Muy bien. Se deshace así una de las mayores barbaridades urbanísticas que se han cometido en Elche como la instalación de un mercado provisional en zona verde protegida en plena ladera del río Vinalopó, acometida para la que fue precisa una recalificación urbanística para tapar la tropelía: no sé qué pegas pueden poner ahora PSOE y Compromís, autores de la reclasificación.
Aún así surgen voces disidentes: que falta un parking subterráneo, acometida que pasaría por poner de nuevo patas arribas la plaza de Las Flores (algunos expertos aseguran que el parking de la antigua lonja de pescado es del todo irrecuperable). Yo no veo la necesidad, máxime cuando la distancia entre el mercado provisional y el 'antiguo' es mínima: solo hay que atravesar una pasarela, fomentando de paso el ejercicio cardiosaludable y el disfrute de las espectaculares vistas de la rambla del Vinalopó. Salen pegas de todo tipo: las que más me sorprenden son las de las ruinas después de que hace ya tiempo se hicieron catas de todo tipo. Las ruinas están aplastadas por el mercado que se construyó en los años treinta, y por el actual, principios de los años 60. Ruz, a la suya...como debe ser.
CODA: Ha pasado muy desapercibida la noticia de la designación de la nueva directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Blanca de la Torre. Antes, los relevos eran todo un acontecimiento en los ámbitos culturales de las artes plásticas. Tomás Llorens, Carmen Alborch, Juan Manuel Bonet, Kosme de Barañano...En fin, no somos nadie. En cualquier caso, éxitos para Begoña de la Torre, La dana ha sepultado también el interés por la gestión cultural, la última de las prioridades del actual Consell de la Generalitat.