[Golpes en el pecho en el PP: habemus Palacio de Congresos, esta vez, la ubicación elegida es el Puerto de Alicante. Todo son parabienes. Se han alineado los astros, y además, le han metido (otro) gol a Ximo Puig. Además, como le gusta al PP, en su propia casa. El Cenid también nació así. El cortador del césped sonríe. Gisbert, Mazón y Barcala juntos. Lo imposible. Dádiva a la vista. Por fin alguien hace caso. Pobre Perfecto Palacio, que ha pagado los platos rotos de este cambio generacional por no tener rasgos rusos. Elche, patito feo]
Ironías al margen. Estaría bien que lo del Palacio de Congresos de Alicante fructificara. Los hoteleros y los hosteleros se lo merecen. La ciudad también lo necesita, y si es en forma de hito arquitectónico, mejor. Siempre lo he defendido: los edificios y proyectos singulares aportan valor añadido. Y si tienen contenido de calidad, todavía más.
Ahora bien, la idea, el proyecto, que puede ser bueno, tanto para la ciudad como para el puerto, y sobre todo, para el sector turístico. Hace año y medio se planteó -aunque no con tanto oropel- un proyecto similar en los edificios de las harineras del plan parcial de Benalúa Sur. Aquello fue un movimiento de botafumeiro, esponsarizado, como éste. En esta ocasión, por lo que cuenta Raúl Navarro, hay más trabajo y dedicación: la gente de la Universidad de Alicante ha puesto las cartas sobre la mesa con argumentos técnicos. El Puerto parece la mejor opción, o la más fácil. Bien.
En diciembre de 2019, cuando se planteó lo de Benalúa Sur, comenté, como había oído en una charla con expertas de primer nivel en Elche, que para que un proyecto de edificio de congresos fructificara debía contar una necesaria estrategia de ciudad; buenas comunicaciones en infraestructuras, determinación y consenso político, y colaboración público-privado. En el caso que nos ocupa, si hay estrategia sólo la conoce el equipo de gobierno, PP y Cs, las comunicaciones no están mal, pero serían mejores si hay un tranvía que atraviesa la Explanada para en el puerto y lleva al aeropuerto (con parada en la EUIPO y Distrito Digital); el consenso, los desconocemos a día de hoy y la colaboración público-privada, también más allá de cuál pueda ser la gestión del futuro edificio.