ELCHE. ¿Qué decisiones debe adoptar una ciudad o un destino turístico para convertirse en un referente del MICE, o turismo de congresos? Todas esas respuestas ha aparecido este lunes en la jornada El impacto económico y social del turismo de congresos en las ciudades, organizada por la Asociación de Empresas Turísticas de Elche (AETE) y en la que han participado tres directivas de tres casos de éxito: la directora general del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, Yolanda de Aguilar Rosell; la gerente de VisitBenidorm, Leire Bilbao Laredo; y la directora gerente del Palacio de Congresos de València, Sylvia Andrés Guilló. Las tres han coincidido en que debe haber una estrategia de la ciudad por este segmento turístico; colaboración público privada e infraestructuras necesarias para ello. Previamente, todas han coincidido, junto a la presidenta de AETE, Esther Guilabert -moderadora del acto- de los beneficios que el turismo MICE aporta a una ciudad: desestacionaliza el turismo, aporta un turista formado y que prescribe posteriormente sobre la ciudad, y tiene un gasto por día superior al turista vacacional. Estos son los casos de éxito.
La primera en poner las claves del éxito de su ciudad ha sido Yolanda de Aguilar Rosell, de Málaga. De Aguilar ha explicado que la capital de la Costa del Sol ha pasado de ser una ciudad administrativa a ser un destino de congresos, gracias a convertirse previamente en un polo tecnológico y cultural en 20 años. Así, ha recordado que Málaga era una ciudad administrativa, con poco más de dos mil plazas hoteleras -y que además perdió su centro de congresos y muchos hoteles con la segregación de Torremolinos- a ser un destino MICE consolidado, con 13.000 plazas; que recibe 1,4 millones de turistas y seis millones pernoctaciones al año. Y para dar ese salto de calidad en estos últimos años, Málaga apostó por un plan estratégico, evaluable cada año y revisable cada cuatro, cuyos objetivo eran convertirse en una zona de atracción de inversiones tecnológicas y culturales. Y para poder albergar eventos o congresos, apostó por construir el edificio FYCMA, en 2003. "Se convirtió en un complemento perfecto, ubicado en una zona de expansión, entre el aeropuerto y el centro de la ciudad", ha explicado De Aguilar.
En el caso de Málaga, además del plan estratégico, la responsable del FYCMA ha expuesto otros elementos que fueron claves, y otros obstáculos que se tuvieron que sortear. Por ejemplo, ha citado el caso de la apuesta política que hicieron varios cargos públicos por la ciudad, y que le han convertido en un destino MICE reputado. "Desde el poder de convencimiento del alcalde, Francisco de la Torre, para traerse el Tyssen o el Pompidou, hasta la inicial apuesta de Celia Villalobos por el propio FYCMA o de Felipe Romera por el parque tecnológico o Magdalena Álvarez por la mejora de la infraestructuras", ha comentado.
De ellas, ha citado la llegada del AVE y la construcción de la segunda circunvalación como obras clave. "El año 2003 fue un año clave para Málaga: se inauguró el Museo Picasso; el centro de arte contemporáneo y el FYCMA", ha insistido. A su juicio, en el caso de Málaga se dieron varios elementos: además de la apuesta política por una ciudad que no era capital autonómica, "había buenos profesionales al frente de las empresas públicas y se generó mucha confianza con el sector privado". Y ha reiterado: "Es muy importante que los directivos sigan en sus puestos, independientemente si hay cambio político, y la apuesta tecnológica y cultural que ha hecho Málaga". "Todos estos elementos han sido claves", ha concluido Yolanda de Aguilar.
El segundo modelo expuesto ha sido el de València, cuya ciudad hizo una apuesta por el turismo de congresos en 1998, con la apertura del palacio de congresos, emplazado en una zona de expansión. "En 21 años, hemos pasado de acoger 33 eventos a los 90 que organizamos ahora", ha expuesto la directora gerente del Palacio de Congresos de Valencia, Sylvia Andrés Guilló. El éxito del edificio de València ha tenido varias fases. A pesar de ser un edificio de arquitectura singular, diseñado por Norman Foster, Andrés ha comentado que no fue hasta el desarrollo urbanístico de la zona, a partir de 2004, y más tarde con la Copa América, cuando el edificio no comenzó a tener servicios a su alrededor, como hoteles y restaurantes. Actualmente, dispone de unas mil habitaciones en un radio de un kilómetro y restaurantes y bares abiertos siete días a la semana.
Sylvia Andrés ha considerado que el turismo de congresos es un efecto multiplicador de visitantes a la ciudad, que ayuda desestacionalizar los hoteles y que atrae conocimiento, como sucedió con el congreso de 5G celebrado en València. ¿Qué elementos han hecho de València una destino MICE? Andrés ha expuesto la mejora de las infraestructuras y las conexiones, la cercanía de la planta hotelera y ser una ciudad conocida. Así, ha comentado que la llegada del AVE y las buenas conexiones del aeropuerto de Manises han posibilitado que el 50% de los eventos que acoge el edificio sean internacionales; el hecho de tener los hoteles muy cerca también le favorece, así como que sea una ciudad no masificada, sin turismofobia. A ello, ha añadido, que "València cuenta con una buena oferta cultural complemetaria, con una climatología muy benigna, con 300 días de sol; con una excelente gastronomía y en un país con seguro", ha detallado. "Si cumples con todo lo que pide el sector (turístico), tienes el éxito asegurado", ha resumido.
La apuesta (exitosa) de la ciudad de Benidorm por el turismo MICE tiene otros elementos, muy diferente al de València y Málaga. En primer lugar, porque como la narrado la gerente de Visit Benidorm, Leire Bilbao, ciudad turística ya está destacionalizada y tiene una media de ocupación muy alta, con un 82% anual y estancias mínimas de siete días. Además, ha añadido, que Benidorm cuenta con el inconveniente de que la ciudad no tiene un edificio para albergar congresos -el centro cultural está todavía en obras- y que éstos sea realizan en los hoteles, y son de menor tamaño. Ha destacado que hay hoteles que se han especializado -ha citado el Asian Garden, Luxor y Villaitana- y han alternado turismo vacacional en verano y Semana Santa, y eventos, en el resto de los meses del año.
En el caso de Benidorm, ha reconocido que esta apuesta por el MICE obliga a una formación del personal, pues no es el mismo tipo de turismo; es un segmento muy trasversal, que beneficia a otras empresas, y que obliga a tener una instalaciones más grandes. Todo ello, ha destacado Bilbao, ha permitido que la ciudad haya acogido en él último año 152 reuniones o convenciones, con 42.500 pernoctaciones y con un gasto medio de turista de 208 euros/día. Normalmente, ha añadido, los eventos tienen una duración mínima de dos días y se celebran en meses como mayo, junio, septiembre y octubre, aunque cada vez más en otros meses de invierno, ha resumido.