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sobre la despoblación en el bajo segura

Tomás Mazón: "La crisis dejó pisos tristes, ciudades fantasma y paisajes absurdos de ladrillo

BENIDORM. El edificio Torrejó de Benidorm acogió este martes la jornada ‘La relación entre los residentes extranjeros y los medios de comunicación’ que reunió a profesionales de la comunicación y del turismo. El encuentro estaba organizado por la Cátedra de Estudios Turísticos Pedro Zaragoza Orts de la Universidad de Alicante, en colaboración con el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, la Universidad de Málaga, Universidade do Algarve, Hosbec, Generalitat, Diputación de Alicante, Patronato de Turismo de la Costa Blanca y el Ayuntamiento de Benidorm.

El profesor titular de la universidad alicantina y director de la Cátedra de Estudios Turísticos “Pedro Zaragoza Orts”, Tomás Mazón, hizo un repaso de la situación anterior y posterior a la crisis de la construcción en la zona del Bajo Segura y su repercusión en los residentes extranjeros. "Lugares como Torrevieja se subieron en los años 80 a la construcción inmobiliaria. Pero se hacían las cosas mal por dos motivos: mucha oferta y de mala calidad. Se regalaban constantemente en programas de televisión", dijo el profesor. 

Hasta el momento en el que llegó la crisis. "El ruido de las obras se tornó en un silencio sepulcral. Los edificios se quedaron sin terminar, quebraron las constructoras, promotoras..." explicó Mazón. Esto tuvo como resultado, reflexionó el profesor, que las viviendas que no estaban terminadas vivieran junto a las ocupadas, en un "panorama fantasmagórico. Se quedaron pisos tristes, ciudades fantasma, en fin, unos paisajes absurdos de ladrillo". 

"Ahora están acosados por la maleza", describe el profesor, quien dijo que en algunos lugares incluso se puede apreciar como hay material de construcción o guantes de los trabajadores, como si éstos se hubieran ido de "allí como si hubiera de verdad un tsunami y salieran corriendo". El repaso de lo más absurdo de la construcción de Mazón sirvió para traer a colación los edificios que se levantaban delante de cementerios.

La sensación de vacío en estas zonas se agravó además con la vuelta de los residentes extranjeros a sus países de origen. No obstante, el profesor indicó que ahora está cambiando el panorama y los constructores se están dando cuenta de que deben primar la calidad de las edificaciones para "atraer a clientes con poder adquisitivo", remató Mazón.

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