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EN LA FRONTERA

Marrullerías

  • La ministra de Defensa, Margarita Robles (c), en la Base Militar “Jaime I”, en Bétera. EFE/Chema Moya 
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Al final ha ocurrido lo que tenía que ocurrir: que los dos partidos mayoritarios PP y PSOE se siguen tirando los trastos a la cabeza, incluido el trasto/trastazo de la gran riada de la que ahora se cumple un mes. La tragedia ha entrado en el mercadillo devaluado de la democracia como un cachivache más, como el "caso Adama", con el ramal del "caso Koldo" y todos sus afluentes, "caso Begoña", "caso hermanísimo", Delcy, lo de Ábalos, el amigo narco de Núñez Feijóo (cuya sombra le perseguirá hasta el final de sus días)... Se ha visto esta misma semana en el Congreso de los Diputados y en el Parlamento autonómico, Les Corts. Nadie quiere hacerse responsable de lo ocurrido el pasado 29 de octubre cuando la alerta roja en València estaba activada desde antes de las 8 de la mañana y nadie hizo nada hasta doce horas después, cuando se mandaron los mensajes de alerta. Más de 220 muertos.

En su comparecencia en Les Corts, Mazón emuló a Feijóo cuando PSPV-PSOE y un enrabietado Joan Baldoví (portavoz de Compromís) le pidieron cuentas al presidente sobre qué hizo el 29 de octubre y la gestión posterior. El president espetó al portavoz socialista, José Muñoz, y a Baldoví (socio del PSOE en el Congreso), parecida retahíla de asuntos de corrupción que enturbian, mucho, a Pedro Sánchez. Faltaba la salida forzada del ya exlider del PSOE madrileño Juan Lobato (asunto turbio/turbio), Los valencianistas/nacionalistas corearon "dimisión" mientras daban golpes en sus escaños; vuelven a sus mejores tiempos, los "camiseteros" de Mónica Oltra y Mireia Mollà. Y a día de hoy seguimos sin saber nada del 29-0, salvo los muertos y la devastación. Solo sabemos que llovió, cuencas arriba (barranco del Poyo), más de 1.000 metros cuadrados por hora en tiempo récord, cosa de la que no tiene la culpa nadie: y este tipo de sucesos, unanimidad entre los expertos, se agravarán con el cambio climático por mucho que le pese a la ultraderecha.

Una edil del PP de Aldaya, Paula García, abandona el partido y se va al grupo mixto. Y el portavoz popular de este mismo ayuntamiento. José Molins, anuncia que no optará a candidato con una auto-reflexión soberbia: "La sociedad civil ha respondido con más celeridad y eficacia que las administraciones (incluye a la Generalitat por tanto); en el sector privado, al incompetente se le despide". Una gota de sensatez en medio de este océano confuso en el que impera el sálvese quien pueda, y en el que el cabreo de los regidores de L'Horta Sud va creciendo por lo que estiman falta de coordinación, lentitud, y caos. Completemos el cuadro con el discurset de la ministra de Defensa Margarita Robles el pasado fin de semana berreando a pie de cañón a usuarios de aparcamientos subterráneos: a voz en grito, muy mal educada, Robles les escupió a los afectados que el Estado solo va a sanear y rescatar los aparcamientos públicos. 'Ojiplático' me quedé cuando la vi en la tele. La niña del exorcista. Por menos ha tenido que dimitir la ya exconsellera Nuria Montes.

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