XÀBIA. Desde primera hora de la mañana, decenas de personas, entre vecinos y turistas, se han acercado al Primer Muntanyar de Xàbia, donde un velero de unos 15 metros de eslora permanece encallado sobre las rocas de tosca. La embarcación quedó varada tras ser arrastrada por el fuerte oleaje en la tarde de ayer, al romperse su amarre mientras se encontraba fondeada frente a la playa del Tangó, cerca del puerto.

El barco, que navegó a la deriva durante varios minutos, fue avistado por varios testigos que relatan cómo era zarandeado por las olas mientras se aproximaba lentamente a la costa. Uno de ellos alertó a las autoridades aproximadamente una hora antes del impacto, pero las condiciones del mar impidieron cualquier maniobra de rescate.

Pese al violento golpe contra las rocas, el velero no muestra daños estructurales graves y se mantiene aparentemente intacto. En el momento del accidente no había nadie a bordo y no se han registrado heridos.

Del mismo modo, durante la tormenta que azotó este jueves el municipio, otra barca, en este caso "pequeña", resultó "completamente destrozada por el temporal" en la Cala del francés.

Con el varado en Xàbia, se eleva a tres el número de veleros encallados durante las dos últimas semanas en la Comunitat Valenciana, contando también el de El Saler de Valencia, rescatado el miércoles, y el de Cullera, atrapado anoche en la arena durante el temporal marítimo

Mientras se determina el modo más adecuado de proceder con el reflotamiento, el velero ha despertado la curiosidad de numerosos visitantes que se acercan para observarlo y tomar fotografías. La Policía Local trabaja en localizar al propietario y coordinar las tareas de rescate. Si se detectaran daños que comprometan la flotabilidad, la retirada del barco por tierra podría convertirse en una operación compleja, tanto por su peso como por la complicada orografía del lugar donde ha quedado varado.

Este temporal ha dejado huella en otros puntos de la comarca de la Marina Alta. Es el caso de Dénia, donde en enclaves costeros como la Almadraba el oleaje se ha llevado los restos de posidonia acumulada estos últimos días sobre la playa de cantos rodados y, además, ha abierto la desembocadura del río Girona. Por su parte, en la Marineta y Marines ha traído más posidonia, al tiempo que ha provocado algunos destrozos en el equipamiento de estas playas, según ha informado la Concejalía de Medio Ambiente y Cambio Climático del municipio a través de Facebook.