XÀBIA. Dos familias se toparon el pasado mes de agosto, en la bahía del Portitxol de Xàbia, con un hallazgo que comunicaron de inmediato al Ayuntamiento. “Estábamos buceando en la zona del Portitxol de Xàbia, como lo habíamos hecho durante toda la vida, y vimos algo brillante en una cavidad en el fondo. Pensé que era una moneda de diez céntimos o una concha de nácar”. Recogieron dos. Al salir, descubrieron que esas dos monedas escondían un secreto. Llevaban impresas un rostro romano. Así comenzó la historia de las familias, Lens y Gimeno, que terminó con un hallazgo histórico: 53 monedas de época romana que datan del siglo cuarto o quinto de nuestra era.
Las familias Lens y Gimeno, veraneantes en Xàbia, salieron a disfrutar con barco. Echaron el ancla en el Portitxol y bucearon. Lo hacían siempre, el sitio se presta a disfrutar de los fondos marinos: aguas transparentes y variedad de flora y fauna. Pero ese no iba a ser un día cualquiera. Un destello en el fondo del mar llamó la atención. Era “como una concha de nácar o una moneda de 10 céntimos, se encontraba en una cavidad en el fondo”. La sacó del mar y poco después realizó otra inmersión: otro destello en el mismo lugar. Misma moneda. Ya en el barco, comenzó a tomar conciencia de lo que había encontrado.
“Sentimos que se cumplía el sueño que todos de niños hemos tenido de encontrar un tesoro”, reconoció. “Fue como un vuelco en el corazón”, relató César Gimeno. “Vimos que eran dos caras iguales, de lo que parecía un emperador romano”. Ambos subrayaron que tienen familiares vinculados con la protección del Patrimonio y no dudaron ni un segundo. Comunicaron el relevante hallazgo al Ayuntamiento. Y, desde entonces hasta ayer, un silencio sepulcral. Había que protegerlo.
Tras comunicarlo al Museo Soler Blasco de Xàbia, los expertos de la Universidad de Alicante que forman parte del proyecto de puesta en valor del conjunto patrimonial subacúatico de la bahía del Portitxol se pusieron en marcha. En colaboración con los GEAS de la Guardia Civil, y los dos descubridores, sacaron a la superficie el resto de las monedas, y comprobaron que se encontraban en perfecto estado de conservación.